Cuba estrena una obra de Wagner en alemán

HAVANA TIMES (dpa) — Richard Wagner, cantado en original por un coro cubano: el Teatro Nacional de La Habana presentará mañana viernes por primera vez una puesta en escena de “El holandés errante”, una de las más conocidas óperas del compositor alemán.

“En Cuba no se ha presentado nunca una ópera en alemán cantada por cubanos”, explica el director de escena, Andreas Baesler, antes del estreno a pocos metros de la Plaza de la Revolución habanera.

La ópera, que se presentará durante tres días en el Teatro Nacional de Cuba, espera incorporar a la escenografía romántica wagneriana también algunos rasgos propios del teatro cubano.

“Los cubanos tienen una relación más relajada y abierta con el arte”, dice Baesler, que trabajó durante meses con el coro, compuesto por unos 40 músicos del Teatro Lírico de La Habana. “Es algo que tiene que ver con la mentalidad”.

Para reflejar el elemento cubano en la ópera, en la puesta en escena participa también el artista plástico Alexis Leyva Machado, conocido en la isla como “Kcho”.

La ópera aspira en su versión cubana también a descubrir paralelos con la historia de la isla, según el dramaturgo. “El holandés errante”, compuesta por Wagner en el siglo XIX en base a una conocida leyenda europea, narra la historia de un “barco fantasma” condenado a vagar eternamente por los mares.

La metáfora del “holandés errante” que no encuentra una patria es un tema “que adquiere un significado especial en Cuba”, dice el dramaturgo alemán. “Hay muchos ‘cubanos errantes’, tan apátridas como él (el protagonista de la ópera)”, considera.

Las pruebas no fueron siempre fáciles, dice también Baesler. Por un lado está la buena formación artística de los cantantes cubanos, sostiene. “Hay muy buenas voces”, grafica.

Pero al mismo tiempo, el problema principal son las carencias económicas, que alcanzan “todos los aspectos de la vida en Cuba”, agrega.

A menudo se vio por ello durante los ensayos sin varios miembros del coro, ocupados en ganarse la vida en otras labores. O sin la posibilidad de conseguir accesorios escenográficos. “Estamos casi siempre al borde del colapso”, explica el director.

“El holandés errante”, escenificada por primera vez en 1843 en la ciudad alemana de Dresde, se presentó antes en América Latina en Argentina y México, alrededor de 50 años después de su estreno.