Boris Larramendi: “Yo no tengo la culpa”

En el puente musical desde Cuba*

Osmel Almaguer

HAVANA TIMES, 25 agosto — Del grupo de cantautores cubanos que sale a la palestra pública hacia finales de la década de los ochenta.  Conocido por sus incursiones desde la hoy célebre peña de 13 y 8, en el Vedado habanero; por su trabajo posterior con los grupos Debajo y Habana Abierta, y por una progresiva carrera en solitario que cuenta por el momento con un disco publicado.

En su música se pueden identificar fácilmente dos arterias predominantes, la rockera, que se bifurca en otros elementos rítmicos de origen anglo, y la latina, dentro de la cual circulan aquellos que lo definen como cubano.  Ironía, irreverencia, sutileza y profundidad caracterizan las letras de sus canciones.

Boris Larramendi nació en la Habana al abrigo de un padre que tocaba la guitarra “desde los Panchos hasta Silvio Rodríguez, pasando por los Beatles y El Trío Matamoros.  Su tío Luis bailaba en la comparsa de la universidad mientras su tío Armando escuchaba a Barry White y a Led Zeppelin, su tío Carlos le enseñaba a leer, su mami le regalaba “La familia Mumin” de Tove Jansson, y su abuela Inés le regalaba su primera guitarra, en la cual su padre le enseñó a tocar.”

En 1995 participa con el grupo “Debajo” en la grabación de Habana Oculta (Antología de jóvenes cantautores cubanos editada por el sello español Nube Negra).  En 1998 graba con Habana Abierta el primero de los tres discos de la agrupación: Habana Abierta.  Posteriormente vendrían 24 Horas y Boomerang.

Su ópera prima, Yo no tengo la culpa, es el producto de su más reciente labor en solitario.

Ha participado en los festivales: Doctor Music Festival, Festival Bilbao Tropical, Festival BAM, Festival ETNOSUR, Festival Valle de Ainsa, Festival La Mar de Músicas.  Cartagena, Festival Womad de Canarias, Festival Amnistia Internacional, entre otros.  Ha colaborado con algunas de las grandes figuras del mundo de la música, entre ellas, Ana Belén, Lucrecia, Raimundo Amador, Chavela Vargas, Las Hijas del Sol y Kelvis Ochoa.

SILVIA KNOWS del CD Yo no tengo la culpa

En este banco no nos vamos a fundir / prende el cigarro, nadie nos lo va a prohibir / ¿Sabes qué pasa? / Todo se vuelve más liviano, más sutil / algo da vueltas, no soy yo pero está en mí / 

¿Sabes qué pasa? / En un parque, en la ciudad, / siempre hay un sitio que no te rechaza.  / Nos reímos tanto ya, / mírame Silvia, tú sabes qué pasa.  / Se abren las puertas, todo vuelve a estar aquí / la noche cuelga desde el cielo sobre mí / ¿Sabes qué pasa? / Tu luz me inunda desde el centro voy a mil / y soy tan libre ya, mi amor, soy tan feliz / ¿Sabes qué pasa? / En un parque, en la ciudad, / siempre hay un sitio que no te rechaza.  / Nos reímos tanto ya, / mírame Silvia, tú sabes qué pasa.  / Bésame, Silvia, tú sabes qué pasa.

Este es un tema muy cubano, a pesar de no reflejar esos estados usualmente tomados como “lo cubano.” Unos “frikis” en un parque dándole a la marihuana.  Tal vez no son el cubano promedio, pero es algo que muchos hemos experimentado.

La adolescencia es una etapa rebelde y esta canción probablemente fue compuesta en una época en la que la situación en el país estaba muy difícil.  Así que escapar por medio de un cigarrito de los que hacen reír, era una buena alternativa a una vida difícil.

La letra denota esa poesía que siempre tienen las canciones de Boris.  A pesar de su sencillez logra sugerir muchas cosas, logra ser muy sutil.  Ríe cuando quiere hablar de lágrimas y llora para sacar afuera la felicidad.

Aunque la historia es sencilla evoca un espíritu ya casi en extinción en la sociedad cubana, tan permeada por el sujeto regaettonero y por la superchica independiente.

Hay una relación de complicidad entre Boris y Silvia, pero también la hay entre el autor y el público.  Léanla, gente, que ustedes saben qué pasa.  Oigamos todos a Boris, porque nosotros sabemos “qué pasa.”

 

*El Puente Musical Desde Cuba:  Este material es parte de una serie con el fin de promover la comunicación entre la gente de las diversas regiones del planeta.  Estaré utilizando una narración sencilla para hacer llegar al público interesado el mensaje que trasmiten esas canciones cubanas que por su escaso potencial comercial y las dificultades que supone su traducción, a veces permanecen en un estancamiento comunicacional, a pesar de ser verdaderas joyas de la cultura cubana.