Alex, un artista cubano de a pie

Por Ivett de las Mercedes

HAVANA TIMES — Alex Aparicio Gutiérrez, de 34 años, vive en San Cristóbal, provincia occidental cubano de Artemisa. Sin tener estudios de dibujo crea en sus obras una realidad inspiradora y sincera. En la entrada de su casa se exhibe un escarabajo construido con materiales reciclables y muchos visitantes se detienen a contemplarlo.

Havana Times: ¿Qué significa para ti el dibujo?

Alex Aparicio: Es algo instintivo, necesario, casi animal. He aprendido a través de libros, conversando con otros pintores y críticos en las exposiciones, los salones. Cuando comencé a dibujar estaba algo perdido, sin una línea a seguir, aunque muy marcado por el escarabajo -imagen que siempre está presente en mi trabajo-, hasta que comencé mi serie Cubanos de a pie. Es una serie que aún no termina. El título sugiere cómo yo soy conceptualmente en la sociedad, cuál es mi clase social. Es un punto de partida, cubano pobre-con problemas económicos-, y todo el drama que eso conlleva. El escarabajo es como mi camino, siempre me llamó la atención; poseen un olor característico y son bellos. Puedo convertirme en un hombre-escarabajo, ese animal tiene esa coraza para sobrevivir.

HT: ¿Qué materiales utilizas en tu trabajo?

AA: El lápiz de color es mi técnica preferida, también el pastel, la tinta. Por un problema visual desde pequeño estaba limitado a jugar con los demás niños en el barrio y la escuela, me quedaba en casa dibujando. Mis primeros trabajos fueron retratos que le hacía a mis amiguitos del aula, fue una etapa muy linda.

Trabajo con lo que aparezca, con materiales de bajo costo, no me puedo dar el lujo de hacerlo con cosas buenas.Tengo pensado hacer algo con lienzo y pintura de aceite, porque no puedo conseguir óleo, el material influye, pero no tanto, el arte es un experimento. No tengo técnica académica, pero me lanzo a la aventura. Lo que dibujo lo hago a mi manera, con un estilo propio, sin maestros.

HT: Te sale muy bien, sobre todo, los claro-oscuros

AA: El claro-oscuro en mi obra es un tema interesante, pues siempre sale fortuitamente, trato de desenfocar el fondo para que se vea con claridad el primer plano, que es lo que más  me interesa.Disfruto impactar con la imagen, que haya una interacción entre los objetos. Me gusta el tema libre y erótico.

HT: Cuéntanos sobre tus problemas en la vista

AA: Me operaron de catarata y me quitaron el cristalino, debo realizarme otra cirugía,  pero prefiero permanecer con los espejuelos, no quisiera arriesgarme. Cuando tengo que estar muchas horas haciendo un trabajo, debido a que estoy contra reloj, descanso diez o quince minutos, me recreo, y luego sigo.

A veces tengo que ver algunos detalles con una lupa.Vienen algunas amistades a que les haga reproducciones de una imagen antigua o una ampliación, fotos hasta deterioradas donde tengo que utilizar mi imaginación. Las antiguas son obras de arte y disfruto dibujarlas, pero la pintura es un trabajo que realizo más rápido, una semana o dos por el problema de la vista, el dibujo a lápiz es muy lento, muy preciso. Dependo obligatoriamente de los espejuelos.

HT: ¿Has realizado alguna exposición?

AA: Tengo algunas personales y varias colectivas, también participación en salones. Donde más he expuesto es en San Cristóbal, nunca en La Habana. Pasar una curaduría que posee nivel es un premio, aunque a veces no obedece, a mi modo de ver, a la calidad artística, por los prejuicios de los mismos curadores. Suelen ser análisis subjetivos.

HT: Cuando estás creando ¿piensas que eres poseído por alguna fuerza exterior?

AA: Pienso que si, a veces uno logra agarrar la musa y cuando estoy comenzando una obra es una sensación parecida a un niño que recibe un juguete nuevo, me enfrento a la cartulina con unos deseos tremendos, es algo inexplicable, que necesito. Pudiera ser el escarabajo el que me inspira, a veces llego a casa de alguna amistad y tengo uno encima. Mi filosofía de la vida es buscar libertad interior, librarme de todo prejuicio e idea preconcebida, pero eso me pone a pensar.

HT: Las personas me decían: tienes que ver la ballesta

AA: La pieza de la ballesta es un “¡basta ya!”, forma parte de la serie Cubanos de a pie. Cada uno tiene su ¡basta ya!; surgió mientras pensaba hasta qué punto una persona puede llevar una situación que le es adversa. Es mi recreación de una ballesta hecha con lo que encontré: son materiales de recortería, chatarra, y lo que impresiona es que funciona. Hemos tenido que sobrevivir con lo que aparece.

HT: ¿Algo más que el dibujo?

AA: Hice la carrera de Estudios Socio Culturales, en la universidad municipal. Leo mucho, la lectura compite con el dibujo, es mi combustible. Cada vez que termino un libro dibujo mucho mejor, no solo es algo técnico, para hacer arte es necesario llenarse de un mundo interior muy grande que te enriquezca la imaginación. La universidad donde estudié me organizó la manera de pensar.

HT: ¿Tienes apoyo de tus padres?

AA: Ellos son mis cómplices, me comprenden, sin ellos no pudiera tener el tiempo para dibujar, lo contrario a otros artistas a los que sus familiares les han virado la espalda. Mis amigos dicen que tengo una gran suerte y de verdad que les agradezco todo su apoyo.

HT: ¿Qué opinión tienes del arte y los artistas?

AA: Respeto y me identifico bastante con el anarquismo, con su parte filosófica. Gran parte de mi obra se trata de romper con lo que tengas que romper para llegar a lo que necesitas. El arte necesita un poco de precariedad, sufrir un poco y pasar  trabajo, eso te lleva a pensar sobre la existencia. Y conoces a otros que están en peores circunstancias y te das cuenta de las cosas, de que no estás solo en esa lucha. A veces los artistas cuando tienen cierto nivel económico se olvidan de sus orígenes, de dónde salieron.

HT: Tu obra está hecha con franqueza y siguiendo un estilo fiel. ¿Qué fin le das?

AA: Es parte del camino del hombre-escarabajo; es una búsqueda de la independencia. Cada ser humano tiene una obsesión en su vida y en mi caso es ser libre interior, sicológica, síquica y filosóficamente; a veces es peligroso, porque cuando vas rompiendo barreras en la vida necesitas ser autónomo y siempre chocas con la sociedad necesariamente, con contextos que son difíciles.

En ocasiones me siento preso, he sido víctima de la censura en las exposiciones y salones. La crítica no es tan evidente, es solapada, he expuesto alguna obra muy sugerente, siento que tengo un premio en un salón y no me lo dan por el contenido de la obra, quizás hasta por hipocresía o miedo, pero el público me dice que el premio era mío.

Los artistas que pertenecemos a este municipio necesitamos promoción, conozco a muchos que tienen talento artístico y están trabajando en gastronomía porque le da dinero; es una realidad social, ese talento se está perdiendo. Yo digo que a mí no puede pasarme, el arte necesita sacrificio.

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