Las navidades y las fiestas por año nuevo en Cuba

HAVANA TIMES – A mis casi 40 años aún recuerdo esas reuniones familiares. Nunca hubo árbol navideño ni regalos bajo el mismo; tampoco chocolates: mi generación ya no gozaba del privilegio de esas tradiciones.  La cerveza o el ron nunca faltaron, forman parte de la cultura del cubano al igual que el arroz moro, la carne de cerdo y la yuca con mojo (plato típico para estas fechas). Navidad era la excusa perfecta para reunir a la familia una vez al año.

Decía mi abuelo que las emociones navideñas se habían marchado con la llegada del triunfo de la Revolución. Solo cuando fui adulta comprendí bien el significado de sus palabras. Lo cierto es que en mi casa nunca faltó la comida, pero el espíritu navideño simplemente se fue apagando con el tiempo. La mayor parte de mi familia está regada por el mundo. Algunos por Europa, otros en Estados Unidos, América del Sur y, obviamente, todos viven sus fiestas a plenitud. Y aunque este año tampoco faltó un plato de comida y una cerveza en mi mesa, sé de quienes no tuvieron la misma suerte.

Supe de alguien a quien conozco y por quien siento afecto, que pudo solo comer el 31 de diciembre pan con croquetas y un vaso de agua con azúcar. Ella, una mujer de 82 años quien además luchó por la libertad de nuestra Patria. Su retiro ya lo había gastado mucho antes del fin de mes, comprando arroz a un precio exuberante. No es la única. Sé que hay quienes en este país tienen un buen poder adquisitivo, pero no son la mayoría. Un gran por ciento de la población es anciana y vive de un retiro miserable, que apenas alcanza para la canasta básica de racionamiento que se termina a mediados de mes.

Al día siguiente compartimos provisiones con ella. Se le veía feliz, ¡¿cómo no estarlo?! Comentó que ya no recordaba el sabor de la carne de cerdo y pensó que jamás la volvería a comer. En su rostro triste se notaba la decepción; fueron muchos años de trabajo y sacrificio. Ahora ya es tarde, poco tiempo le queda de vida y solo aspira a morir tranquila; recordando aquellas navidades donde se reunía con su familia y el olor de la carne asada inundaba los pasillos de la casa. Mientras esperaban la cena, brindaban en nombre de la abundancia.

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Kamil Kenders

Tengo la edad suficiente para seguir adelante en busca de oportunidades. Me gusta soñar, pero andar con los pies firmes sobre la tierra. Amo la libertad y la sensación que en mi provoca. Me considero una persona justa y de principios sólidos. Disfruto de la lectura y la escritura, pero, sobre todo, del poder de las palabras como herramienta de distracción, aprendizaje y salvación.