Entrevista con el Encargado de Negocios de EUA en Cuba

Benjamin Ziff, Encargado de Negocios de la Embajada de Estados Unidos en La Habana desde julio de 2022.

“No dejaremos de abogar por las comunidades que son reprimidas en Cuba”, dijó Benjamin Ziff.

Por Ana Lidia Garcia (El Toque)  

HAVANA TIMES – Benjamin Ziff, Encargado de Negocios de la Embajada de Estados Unidos en La Habana desde julio de 2022, accedió a conversar con El Toque en fecha reciente sobre temas relacionados con la defensa de derechos humanos en la isla; el encarcelamiento de presos políticos; el apoyo a activistas, periodistas, artistas y emprendedores; así como las funciones de la Embajada estadounidense en La Habana y sus capacidades actuales y futuras para atender peticiones de visados. 

A continuación, se reproduce íntegramente la conversación que sostuvo Benjamin Ziff con Ana Lidia García, periodista y editora de El Toque

Muchas gracias por acceder a la entrevista para que las audiencias de El Toque conozcan el trabajo de la Embajada de Estados Unidos en La Habana.

Un placer estar con El Toque, un medio muy respetado y muy seguido por todos.

Me gustaría que comenzáramos conversando sobre cómo la actual crisis económica en Cuba obstaculiza la labor de la Embajada de Estados Unidos en La Habana.

Se trata de un asunto poco visible para el público en general. Por cuestiones de la COVID-19 y de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, la Embajada de Estados Unidos en La Habana estuvo en condiciones muy limitadas en los últimos cinco años en términos consulares, logísticos y del edificio en sí.

Obviamente, para restablecer y reanudar las actividades de la Embajada tenemos que crear una planta viable que funcione para retomar las actividades y el personal. En el sótano de la Embajada hay una línea pintada en azul que marca por donde las aguas entraron con el huracán Irma, que causó mucho daño a los sensores, al sistema eléctrico de la Embajada. La fachada se encuentra aún en malas condiciones, las puertas no cerraban, el perímetro estaba muy oxidado y se tiene que reemplazar.

Las condiciones logísticas y la falta de insumos para hacer el trabajo en la isla demoran mucho la reanudación de las actividades. Gracias a Dios, estamos ahora en una condición mejor. Hemos duplicado el número de oficiales en la Embajada, el número de cónsules que trabajan en cuestiones de visas, y tenemos a contratistas que están trabajando en reanudar y reparar la Embajada en sí. Vamos por un buen camino, pero todavía nos faltan cuestiones logísticas y tenemos la dificultad de no poder operar de una forma normal en el ambiente cubano.

Desde hace algunos años no se otorgan visas múltiples para el desarrollo del turismo entre Cuba y Estados Unidos. ¿Existe alguna posibilidad de que comiencen a otorgarse ese tipo de visas en el futuro más inmediato?

Una prioridad nuestra siempre ha sido la reunificación de las familias, que implica una visa de inmigrante. Como no hubo actividades consulares por casi cinco años, tenemos una acumulación de casos, miles de casos de visados de migrantes que se han tenido que procesar con un plantel más pequeño de lo que quisiéramos. Estamos reanudando, como dije, y ampliando el número de cónsules para tratar con el cúmulo de pendientes y avanzar en los procesos de reunificación de familias y las visas de migrantes antes de considerar el otorgamiento de otras categorías de visas.

En enero recuperamos las actividades de visas de inmigrantes de Guyana. Todo se ha centrado ahora en La Habana. Tenemos a cónsules muy implicados en el trabajo y muy comprometidos, pero estamos más o menos a un tercio del número normal de cónsules y todavía trabajamos para ampliar el número. Vamos a poder tratar con los temas de visas de inmigrante y ver en el futuro si podemos volver a las visas de turismo. Pero falta todavía resolver las de inmigrantes.

Entonces existe la voluntad del Gobierno y la Embajada de Estados Unidos para cuando sea posible ampliar la capacidad y otorgar más visas.

La voluntad nuestra es que tengamos una relación humana entre Estados Unidos y Cuba, que sea buena y conveniente para ambos países y que ayude a que la relación familiar, comercial y turística exista de una forma más o menos normal.

¿Cómo el aumento de la represión limita y obstaculiza la labor para el desarrollo de la sociedad civil en Cuba que hace la Embajada de Estados Unidos en La Habana?

La primera prioridad de la Embajada en Cuba son los derechos humanos y el bienestar del pueblo cubano. La Embajada y las políticas que anunció el presidente [Joe Biden] en mayo pasado están dirigidas exactamente a empoderar al pueblo cubano para que tenga un futuro sin represión política y sin dificultades económicas. Cuestiones de vuelos, de remesas, de ampliar las conexiones entre los familiares cubanos en Estados Unidos y en la isla son producto de esas políticas.

No vamos a dejar de abogar por las comunidades en Cuba que son reprimidas. No puede ser que haya 700 personas encarceladas después de las manifestaciones pacíficas del 11 de julio [de 2021] o que haya mil prisioneros políticos. No pasa una reunión ni un encuentro con el régimen cubano y con oficiales cubanos en la que el tema no se toque y que nosotros no aboguemos y apretemos para que se produzca la liberación de las personas tan injustificadamente encarceladas.

¿Cómo apoyar el desarrollo de los representantes de la sociedad civil sin poner en riesgo su seguridad?

Hay que decir claramente que esas personas son muy valientes. Tienen mucho coraje al tratar de operar en un ambiente represivo como Cuba, que tiene tanta experiencia en reprimir, asustar, exiliar, encarcelar a quienes traten de recuperar los derechos que tienen según la Constitución cubana. Es una labor muy difícil.

Nosotros podemos apoyar, amplificar las voces de los disidentes. En privado estamos coordinando con nuestros aliados y amigos, tanto en la isla como internacionalmente, para que hablemos con una sola voz sobre la necesidad de liberar a las personas detenidas y coordinar de manera global para que se vea que las políticas del Gobierno cubano son injustificadas y que deberían cesar. La injusticia se debe combatir entre todos. Espero que podamos lograr que la cúpula cubana entienda que esto no es justo, no es correcto y que se debe corregir.

¿Puede mencionar algunas acciones recientes de apoyo al desarrollo de la sociedad civil cubana, de activistas, periodistas independientes, pequeños empresarios?

Hemos implementado sanciones de visas a más de 50 oficiales cubanos. Hay sanciones también a varios niveles tanto provinciales como nacionales. Emprendemos esfuerzos en privado con muchos países para que también ejerzan influencias sobre Cuba para que libere a los encarcelados y que vean cuán contraproducentes son las políticas que no son justas ni correctas; pero tampoco ayudan al problema fundamental de Cuba, que es la escasez y la falta de esperanza.

Lo anterior ha empujado a 320 mil cubanos a salir irregularmente de su país en 2022. Cuba está perdiendo las semillas de su futuro y no puede ser que el Gobierno no lo vea, no lo entienda y que no tome cartas en el asunto ni intente emprender políticas en beneficio del pueblo y del país.

¿Qué cree usted de la labor que realizan artistas y periodistas independientes dentro de Cuba?

Ahora tenemos personal en la Embajada que puede lidiar con las comunidades y dar apoyo de capacitación, de influencia, de vínculos con contrapartes en Estados Unidos y globalmente; lo cual daría visibilidad al arte cubano y americano en la isla… Los lazos culturales sirven también para influenciar otros ámbitos. Lo ideal es que prospere la sociedad civil, los artistas, los periodistas independientes, que puedan ejercer su trabajo en la isla para Cuba, para nosotros y para la libertad del pueblo cubano. Siempre estamos trabajando por esa meta.

Dentro del ecosistema independiente los pequeños empresarios ocupan un lugar importante y ustedes también tienen acciones dirigidas a ellos.

El sector privado en Cuba es real, está activo y es importantísimo porque ahora la parte gruesa del empleo está allí. Los actores pequeños y medianos trabajan en un ambiente muy difícil, pero lo están logrando sin vínculos con el Gobierno. Los cubanos se conocen por ser grandes emprendedores, sea en Estados Unidos, en Cuba o en el resto del mundo.

Nuestro trabajo, esfuerzos, capacitación y programas para vincular los empresarios y los pequeños emprendedores en Cuba entre sí está dirigido a ampliar el ecosistema para que beneficie no solo a los empresarios, sino que los trabajos den empleo al pueblo de Cuba, den comida e ingresos. Para mí son el futuro de Cuba.

En determinadas ocasiones representantes del cuerpo diplomático se reúnen con funcionarios cubanos. ¿Existe espacio en los encuentros para hablar sobre la defensa de los derechos humanos del pueblo de Cuba?

Los intercambios que tenemos son los que hemos retomado desde antes que la Embajada pasara a tener funciones mínimas. No es nada nuevo. Tenemos encuentros migratorios desde los años ochenta para la aplicación de la ley desde 2015 y los usamos para mejorar la seguridad nacional de los Estados Unidos. Son conversaciones muy directas que nos dan la oportunidad de alzar los temas, como el encarcelamiento injustificado de activistas, de los 700 encarcelados después del 11 de julio.

Tenemos la vía para hablar directamente con funcionarios cubanos y transmitir nuestras preocupaciones y demandas para que los encarcelados sean liberados. También para que protejan a los periodistas y los activistas, y que los disidentes tengan la posibilidad de hacer efectivos sus derechos. Cuba debe detener la práctica de impedir que sus ciudadanos salgan y entren con libertad al país.

Algunos representantes de la sociedad civil cubana consideran que el Gobierno de Estados Unidos y la Embajada estadounidense en La Habana no deberían tener ningún tipo de diálogo con el Gobierno de Cuba. ¿Qué cree al respecto?

Cuba es una isla muy grande, en un lugar muy sensible del Caribe, a 90 millas de Estados Unidos. Nuestro interés primordial son los derechos humanos, pero no es nuestro único interés; tenemos intereses fundamentales de seguridad nacional, de migración, de ciberseguridad, de falsificación de documentos, de fugitivos que se están hospedando en la isla… Hay una amplia gama de temas. Podemos abogar por los derechos humanos a la vez que abogamos y trabajamos para mejorar nuestra seguridad transnacional y eso es lo que hacemos.

¿Qué ha sido lo que más le ha llamado la atención durante este tiempo en Cuba, un tiempo corto, aproximadamente seis meses?

El pueblo de Cuba es realmente amable y simpático. El pueblo cubano sufre muchísimo y me da mucha pena ver las condiciones que existen en la isla, pero tengo mucha esperanza en que el carácter cubano y el pueblo cubano, con el apoyo de sus amigos y familiares del mundo y de Gobiernos como el de Estados Unidos y otros, pueda ver una Cuba mejor, libre, democrática y próspera.

En el último año, el Gobierno cubano ha negado la entrada al país a activistas y periodistas independientes. Algunas aerolíneas estadounidenses han estado vinculadas a los hechos. Algunos de los nombres más recientes son Carlos Manuel Álvarez, Omara Ruiz Urquiola y Anamely Ramos. ¿Ha intercedido y hablado la Embajada sobre el tema con el Gobierno cubano?

Sobre el tema hemos hablado con el régimen cubano. Deberían permitir el tránsito normal de sus ciudadanos, debería regularizarse y nadie debiera ser impedido de regresar a su país.

¿Quisiera aprovechar el momento para enviar algún mensaje a las audiencias del periodismo independiente?

Que lo sigan haciendo, que tengan esperanzas. Su labor es importante, su información es vital. Es vital que el pueblo de Cuba en la isla entienda lo que sucede en el mundo y a su alrededor y que también tengan las herramientas para construir su futuro. Me enorgullece que el periodismo independiente funcione y espero que lo siga haciendo por mucho tiempo y que se vea mucho más en la isla.

Le agradecemos por el intercambio y seguramente las audiencias de El Toque y del resto de los medios de prensa agradecerán sus respuestas. Gracias.

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