Despidiendo el año 2023

Foto: Yordanka Almaguer

HAVANA TIMES – Bien, se está acabando el año y no terminé de escribir ningún libro de los varios que tengo ya bastante adelantados. No creo que sea por eso un mal año, diría que fue productivo con suficiencia, pero ineficiente en el proceso de terminación. Creo que el año 2024 va a ser eficaz para las terminaciones lo cual predispone para otros inicios.

Esa es la dinámica de la vida, según dicen los que saben.

¡No! tengo que repetir como ya le dije a un amigo, no estoy vaticinando nada. La gente lo oye hablar a uno y ya cree que está diciendo cosas que ni ha pensado. Y aunque uno lo niegue piensan que uno lo niega de broma. Ni que tuviera yo una bolita mágica, ni me la hubiera dado de adivino alguna vez.

No es para menos porque sin hacer aspavientos, todo el mundo está en el in-side de que el agua está para chocolate y el horno para galleticas, para decirlo de una forma alimenticia. Creo que, desde hace muchos años, quizás desde aquellos años veinte del siglo homónimo y que fueron llamados: de las vacas flacas, no se sufría en Cuba una crisis económica tan aguda. Por supuesto, ésta todavía no le llega a aquélla; pero si tenemos en cuenta la leyenda tradicional de que las crisis vacunas son de siete años… pues ¡a esconderse que viene la basura! Como decía un añoso cha-cha-chá interpretado por la orquesta América, en tiempos en que ya la dirigía Enrique Jorrín, padre de este género musical.

Por sí o por no, hay que estar a la que se cayó, porque camarón que se duerme se lo lleva la corriente y es mejor que digan: aquí corrió un cobarde que aquí murió un valiente, aunque muchos quieran lo contrario, porque el verdadero asunto es; que nadie quiere ponerle el cascabel al gato.

Hay mil teorías para explicar cada cosa; pero, a las diez de últimas, el asunto no es de hacer interpretaciones filosóficas para catalogar lo que sucede; la cosa está que arde en La Habana, y cuando la cosa está así, nadie quiere meter la mano en la candela, porque nadie está para líos. Quienes se han puesto de lleno para eso, se han quemado y ¡honor a quien honor merezca!

Pero hay que comprender, hay que pensar y darse cuenta de que los emprendedores, los dispuestos, los que pudieran tener cierto rol protagónico en la película están dedicando su entusiasmo, muy democráticamente y de forma muy merecida en… ¿Cómo es que se dice ahora?… ¡Ah, ya! Hacer realidad sus sueños. Lo digo sin resentimientos. Me parece que todos somos lo suficiente egoístas y, en la realidad real, me parece que el egoísmo está muy bien… peor son los que son egotistas, ególatras y egocéntricos, porque no todos son iguales y cada cual debía saber el rol que está jugando.

No es que yo quiera volverme el tipo de los refranes; pero, señores, quien empuja no se da golpes. Y entiendo a la perfección la urgencia de unos, tal como entiendo la premura de otros. Porque estas situaciones sociales, políticas, económicas, donde tienen tanta influencia la cultura, las tradiciones y los niveles generacionales, psicológicos e interpersonales que dan lugar a sesgos de opinión y de intereses de todo tipo crean, como siempre han creado a través de la historia, resquemores, malentendidos, posicionamientos ambiciosos, juegos sucios, y manipulaciones, donde quien siempre pierde es por lo general quien menos lo merece, ya lo dijo el viejo Darwin equivocadamente o no, que no es eso lo que está en el tapete ahora ¡Eh! Que el pescao grande se come siempre al chiquito, y que el más fuerte domina al más débil, que el rico está para vivir del pobre, y el blanco para dirigir a los coloreados ¡Pero qué viejo más cabrón ése!

¿Que qué hay que hacer? Ah bueno yo no sé eso. ¿Anuncié que iba a dar alguna receta? Pero algo, sí, va a pasar en algún momento. ¿Próximo o lejano? ¿Pero qué sé yo? Lo que sí te digo es que nunca ha llovido que no escampe, que no por mucho madrugar amanece más temprano y lo que sea, sonará. Los viejos guajiros cubanos eran sabios, siempre le oí decir a mi padre, que no se puede poner la carreta delante de los bueyes.

Y hasta un refrán chino trae, vamos a decir, un poco de consuelo; por decir algo, aunque sé que hay muchos que ya se están desesperando. Sobre todo, desde fuera. Y uno puede hasta entenderlos y darles razón. Pero las cosas van a ser cuando tengan que serlo, porque la realidad es lo que es y no lo que uno quisiera ni lo que más nos gusta. Llueve cuando tiene que llover y la persona que te gusta te quiere, si quiere y si no te quiere, te lo tienes que bancar, aunque te de una pataleta, así que, mejor te la ahorras. Bueno ya lo decían los chinos, que era lo que quería decir: si tu mal no tiene cura ¿para qué te apuras? Y si tiene cura ¿para qué te apuras?

Os dejo de tarea un par de citas para pensar, a propósito de cualquier cosa de las que se sienten, se oyen decir, y se comentan sobre Cuba, y por qué no, también sobre otras partes del mundo:

Nunca fuimos más libres que bajo la ocupación nazi. Escribió Jean Paul Sartre, al inicio de su obra, La república del silencio.

Ser de la izquierda es, como ser de la derecha, una de las infinitas maneras que el hombre puede elegir para ser un imbécil: ambas, en efecto, son formas de la hemiplejia moral. Ortega y Gasset, filósofo español.

Lea más del diario de Eduardo N. Cordoví Hernández aquí.

Eduardo N. Cordovi

Nací y vivo en Lawton, La Habana, el 29 de octubre de 1950. Ceramista, pintor y tallas en madera. He publicado en diarios y revistas del país y en la revista peruana de circulación continental Menú Journal. La Editorial Oriente publicó en 1989 mi libro, Bebidas notables, publicado también por loslibrosdigitales.com junto con mi novela Conspiración en La Habana.

2 thoughts on “Despidiendo el año 2023

  • Muy bueno Msestro!!!

  • Tienes un almacén del refranero popular. Yo me aprendí muchos y le enseñé a mi hijo de pequeño. Nos corroe la incertidumbre pero debemos tratar de sobrevivir en este espectáculo donde las vacas flacas somos mayoría, y los puercos cebados, vulgares y degenerados son unos pocos. Continúa leyendo un libro cada vez, en vez de tantos al mismo tiempo. Se puede leer entre líneas tus mensajes. Gracias por el texto refrescante.

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