Antonio en la era del plástico
Por Laura Gómez
HAVANA TIMES – En Cuba, igual que en el resto del mundo, la venta de disimiles artículos de plástico es algo habitual; dígase útiles del hogar, juguetes, sandalias, implementos de cocina o materiales de limpieza.
Antonio Menéndez recorre la barriada de la Lisa casi a diario, aunque a veces se traslada a otros municipios. El día que lo conocí recogía residuos de plástico en un basurero para luego venderlos. Mientras me acercaba me miraba con recelo, por un momento pensó que yo era una inspectora. Luego se relajó.
¿Desde cuándo se dedica a la recogida de plástico?
Hace casi dos años. Antes trabajaba en comunales, recogiendo basura en un camión, pero era un trabajo estatal. Llegó un momento en que se me hizo muy difícil mantenerme ahí, por muchas razones; la peor es que la disputa entre los operarios por lo que encontrábamos en la basura era constante; hubo ocasiones en que terminamos a los puños.
¿Por qué peleaban?
Bueno, la gente menosprecia la basura, sobre todo aquí en este país tan pobre, pero hay quien bota cosas que sirven: maderas, pedazos de hierro, muebles. Yo sé que no es como en otros lugares, no son muebles usados que se conservan excelentemente, pero igual pueden servir. Hay quien no tiene nada o quien aprovecha la materia prima.
Algunos operarios tenían sacos amarrados en la parte de atrás del camión y allí separaban los materiales para reciclarlos. En el saco de plástico se ponían pomos de colonias, de cremas o desodorantes que después le vendían a las personas que se encargan de reenvasarlos. Igual los de cristal tenían su saco. Hay mucha gente que vive de vender esos productos de aseo que son caseros, porque se preparan en las casas, pero con materias primas que se sacan de las fábricas, como Suchel, por ejemplo. Alguien “consigue” el alcohol o la esencia o la vaselina o el laurilsulfato y hacen la crema, el shampú o los perfumes, por ejemplo. Luego lo ponen en uno de esos frascos, le colocan una etiqueta y venden el producto ya terminado a un precio menor que en las tiendas.
Mi esposa me convenció de que era un buen negocio dedicarme a tiempo completo a recolectar plástico por mis propios medios, y acepté. Ella sabe, su trabajo es vender, tiene una mesita donde la mayoría de los artículos son de plástico reciclado y sabe que tienen mucha demanda. No siempre se encuentra lo necesario en la basura por eso tengo que caminar por la mayoría de los municipios. También voy a una pequeña fábrica privada que hay en el Cotorro y ahí me facilitan algunos pedazos, siempre pagando por el favor.
¿A dónde llevas los materiales reciclables?
Los materiales los llevo a un almacén que hay en San Miguel del Padrón. Lo revisan y si tiene utilidad lo pesan. A veces me pagan 1000 pesos, otras 1200. Nunca sé cuanto pesa la carga que llevo, ni me he informado a cuánto está el Kg en otros lugares, prefiero no saber. Lo importante para mí es que me paguen al momento. Hasta ahora no he tenido problemas con ellos, quizás porque ven que soy tranquilo y me conformo con lo que me dan, aunque lo correcto sería conocer el precio real del Kg y estar claro del negocio. Trato de acumular bastante producto para dar un solo viaje. Trasladarme con esa cantidad de materiales es agotador. La mayoría de las veces lo hago caminando, como hoy.
¿Sabes cuál es el tratamiento que le dan a ese material?
He escuchado que los tratan a altas temperaturas con una máquina inyectora, eso funciona con una combinación de calor y presión, funden el plástico, luego se le pone color y se echa en los diferentes moldes. Hay máquinas de esas que vienen con sus propios moldes, imagino que sean muy caras, pero aquí son caseras también, inventadas por la misma gente, igual que los moldes. No sé bien dónde está la fábrica, porque lo mío es recolectar el plástico y venderlo.
¿Qué piensas de la contaminación que provoca el uso excesivo del plástico?
Imagínate, esta es la era del plástico, se utiliza en todo el mundo. Sé que cuando se trabaja a altas temperaturas se liberan sustancias nocivas, por eso hay que tomar medidas y utilizar medios de protección. Claro que para el medio ambiente es prejudicial, tanto para la tierra como para el mar y todo lo que vive dentro de él. Es un ciclo interminable. Hace unas semanas estuve por la Bahía de la Habana y estaba llena de desechos.
De todo lo que puedes vender de plástico, ¿qué es lo que mejor te pagan?
Lo mejor son los contenedores de basura, es el material perfecto por su dureza y porque son grandes. Sé que muchos se dedican a robarlo, pero yo no, prefiero seguir en mi búsqueda de cosas más pequeñas y sin lío. Hay personas multadas y hasta presas porque los han cogido llevándose los tanques. Cuando trabajaba en comunales los tanques que estaban defectuosos se desaparecían a cada rato. Porque también tienen otros usos para algunas personas: almacenar agua o comida para los animales, trasladar alimentos en los centros de elaboración. Los limpian bien y los usan para todo. Las ruedas son utilizadas para las carretillas de los vendedores de frutas y en los carritos de mandados.
Entonces los pozuelos, vasos, platos y cubos que se venden en la calle ¿están hechos de contenedores de basura?
Podría ser. Me imagino que una vez que se trabaja el plástico, el nuevo recipiente esté libre de la suciedad y las bacterias, no sé. A mí no se me ocurriría utilizar, sin antes lavarlo, un pozuelo para almacenar alimentos; sin embargo en las afuera de la Heladería Coppelia los venden y la gente echa el helado ahí sin saber cuan limpios están.
Tu esposa trabaja en una mesa de vendedora, ¿tiene buena venta?
Si, aunque ella quisiera trabajar en otra cosa. Está mucho tiempo sentada porque el espacio es muy pequeño. Cuando tiene necesidad de ir al baño es un problema, no se puede confiar en nadie en estos tiempos para cuidar el puesto. Ella tiene tremendo ashé para vender, como se dice en el buen cubano. En todas las mesas de la feria hay los mismos productos, bueno, pienso que en Cuba entera. La ventaja es que también son productos que ella y el dueño de la mesa compran al por mayor, si llevas muchos te regalan otros. Entonces pueden vender un poco menos caro que otras personas. Ella vende chancletas de plástico, quizás yo fui el que aportó el material para que las hicieran…
Los juguetes son los que más vende: camiones, pistolas, muñecos de spiderman. Mi nieto tiene un camioncito de esos, lo lanza para donde quiera y no se rompe. No son tan bonitos o llamativos como los de las tiendas, son más rudimentarios, pero son los que pueden comprar los padres, los otros los venden demasiado caros y en MLC (los dólares magnéticos).
¿Te sientes bien en tu trabajo?
Sí, es por un tiempo. Siempre ha existo el recolector de materias primas, el vendedor ambulante, el que fabrica productos clandestinamente, lo que cambia son las condiciones, la vida que te puedes dar con eso que haces. Decir que en Cuba la gente vive sin trabajar es un cuento de ciencia ficción, yo mismo, cuando reúno un dinerito a veces me disfrazo de vendedor ambulante, primero compro cosas, después salgo a venderlas y paso todo el día con la carga a cuestas caminando bajo el sol varios kilómetros. ¿Qué compro? Cubos, palanganas, haraganes, escobas… que casualmente también son de plástico.