Las mejores experiencias de mi vida las he tenido en la cima de una montaña. Pero nunca he soportado vivir perennemente entre ellas, sin un resquicio de mar. El horizonte es una línea mucho más lejana en el mar que en las montañas. Vea la galería de fotos.
Esta es una escena del Primer Festival Proposiciones celebrado en la Ciudad Deportiva y que dedicó la mañana a la infancia. De todas las edades corrían de un lado a otro para no perderse las presentaciones circenses, la exposición de palomas, la demostración de Wu Shu o el caleidoscopio gigante.
Los maracuchos se sienten orgullosos de 3 cosas: el Lago, el Puente y la Chinita. Hace poco recorrí el enorme lago, a través del apabullante puente. En mi vida había estado así de cerca de una construcción tan monumental. Vea la galería de fotos.
Este verano fui a visitar mi familia en mi tierra natal, Pinar del Río. Debo confesar que no estaba preparado para el aluvión de imágenes dolorosas y bellas que se me aparecieron, por eso quiero compartirlas. Vea la galería de fotos con 30 imagenes.
Sin embargo todo no es poético ni mágico en este paraje, algunos jóvenes con mucho amor por sus parejas pero muy poco por la naturaleza dejan escritos sus nombres sobre el tronco de los bambúes. Ver la galería de fotos.
Me llamó la atención una enorme aglomeración de pequeños a la entrada del Teatro Teresa Carreño, es que va actuar La Colmenita, me comentó alguien, y aclaró: las dos Colmenitas, la cubana y la venezolana.
Nos resulta paradójico ver que su imagen es comercializada lo mismo en ferias donde venden los cuentapropistas (personas autorizadas a tener pequeños negocios) que en tiendas estatales.
La gente de Cienfuegos son de los más orgullosos que he encontrado, la mayoría me aseguró que por nada del mundo se iría a vivir a la capital. A mí me encantó la Bahía, famosa entre cantores por su belleza.
Los cubanos sorprenden por las cosas que conocen o las cosas que cuentan; aún cuando no hayan salido de su país hablan de otros lugares como si hubieran vivido allí.
Es el extremo oeste del archipiélago cubano. Pinar del Río, península de Guanahacabibes. Donde los cubanos pueden ver los últimos rayos de sol. Donde apenas viven personas porque la naturaleza se resiste a ser domada.