Nonardo Perea

Recuerdo que cuando era muy joven, y estaba becado en una escuela al campo, cada vez que anunciaban la llegada de autoridades municipales, los responsables de la escuela se apresuraban en pintar las fachadas y ponían a los estudiantes a chapear las áreas comunes.

Estando en Praga, uno de nuestros ejercicios de clase consistió en realizar un pequeño material de, al menos, un minuto, que llamarían cápsula; nos dieron la libertad de escoger el tema que nos interesaba tratar. Elegí el de la violencia que actualmente existe contra un sector de la comunidad gay en Cuba.

Por segunda vez viajé a la República Checa. Fui seleccionado para participar, con cinco mujeres, en un taller sobre los derechos de la mujer actual, su empoderamiento social, y en el cual se insertó otro grupo vulnerable, como lo es la comunidad LGTBI.

Hace unos días tuve la posibilidad de conocer a un fotógrafo estadounidense llamado Alejandro; él vino a Cuba para de manera solidaria realizar una serie de entrevistas a algunos colaboradores de Havana Times, con el propósito de promocionar el sitio.

Recuerdo que hace un par de años se me había hecho tarde para entregar a un concurso de literatura erótica, y cuando llegué a la institución donde recibían los trabajos, la recepcionista me hizo subir a un piso donde previamente se hacía una selección de las obras antes de entregarlas a los jurados.

Todos los escritores sabemos cuál es el procedimiento para publicar un libro en Cuba, tienes que ganar un concurso, de no conseguirlo tu obra nunca tendrá visibilidad para nadie.

Estoy convencido de que ningún cubano ha podido escaparse de la experiencia que se vive al montarse en un taxi colectivo particular; casi siempre el taxista tiene música puesta para entretenerse en el trayecto del viaje y así, de paso, atormentar a sus pasajeros.

Una vez más, con una pequeña cámara, y muchos deseos de hacer cine, me arriesgo en la realización de un nuevo proyecto audiovisual, en el que donde saco a relucir mis propios miedos, mis deseos de mostrar lo que pienso y cómo veo las cosas a mi alrededor.

Resulta que días atrás pasé una mala noche y desperté más temprano de lo habitual; mis dos perras se habían pasado buena parte de la madrugada ladrando, y eso me desveló.