A doscientos metros de mi casa, en la zona once de Alamar, hay un grupo de edificios que, aunque de reciente terminación, ya claman por un arreglo urgente. Sin embargo, por cuestiones burocráticas, solo respuestas negativas han recibido las demandas de sus vecinos.
Recientemente, un amigo de Facebook se lamentaba on-line por molestias que una agencia postal de los EE.UU le había ocasionado en un envío. Se trataba de una persona a cuya dirección ya dicha agencia había efectuado anteriores entregas, pero ahora aseguraba no encontrarla.
Hace cuatro años publiqué un diario titulado Holguín, la tierra de mi padre, donde rememoraba el último viaje que hice, en los años ochenta, a la oriental provincia. Recuerdo haber descrito mis impresiones de antaño, mientras me lamentaba por el tiempo que llevaba sin visitar a mi familia.
Con 35 años de edad, Lázaro es un cubano del montón, quiero decir, con buenas cualidades como persona pero sin grandes ambiciones, con un trabajo normal e ingresos económicos discretos. Tiene una novia y muchas ganas de casarse.
En el Cuerpo de Guardia del Hospital Luis Días Soto (Naval) hay un baño (literalmente uno), para ambos sexos. El de mujeres lleva bastante tiempo clausurado, como mínimo desde el mes de febrero, y todo el mundo usa el de los hombres.
Un Azul, para los que no sepan de qué se trata, es un funcionario estatal perteneciente al Ministerio de Transporte (MITRANS), que labora en las localidades de La Habana garantizando que los carros estatales trasladen gratuitamente a la población.
La semana pasada viajé por unos días a Pinar del Río, la provincia más occidental de Cuba, región de buen pescado y tabaco, y también de buen beisbol. Una amiga me invitó a su casa en el sureño pueblo de Cortés, perteneciente a Sandino, el más occidental de los municipios insulares.
Debo confesar que, una vez eliminados los portugueses, equipo que sigo desde el legendario Luis Figo, me centré en la labor argentina, pues aunque admiro mucho el juego de los alemanes, hay algo que siempre te hace tirar para tu teruño, o tu continente, sea el caso que sea.
Tres años han pasado ya desde que Lázaro Vargas Álvarez dirige el equipo más ganador de la pelota cubana. Y hago énfasis en esto: el equipo más ganador de la pelota cubana porque creo que se impone un balance de sus aciertos y deslices, , con el fin de valorar si es conveniente o no que mantenga su puesto.
No luce igual Ciego de Ávila en este mi tercer viaje que cuando fui la primera vez el año pasado. La gente ya no me parece tan disciplinada. Los servicios estatales en moneda nacional, aunque siguen siendo baratos, han perdido calidad.