Autor: Mercedes González

Mi hijo empezó ahora el pre-universitario, un nivel bastante difícil y una edad en que los muchachos presumen mucho. No he podido conseguir uniformes extras en el mercado negro porque él usa una talla demasiado grande, ya veremos qué pasa luego.

Tengo un adolescente de quince años que cursaba el 9no grado, una edad complicada en la que las prioridades varían con mucha frecuencia. Mi loquito, por suerte, quiere seguir estudiando.

La gente anda tensa con el nuevo periodo especial, y no es para menos. Si ya tenemos problemas con el abasto de agua, ¿cómo será a partir de ahora?

A través de una reja le planteo mi problema, pero la respuesta fue clara: “no tengo nada que ver son eso, aquí hay una cola”.

La capital vivió un gran revuelo por la filmación de escenas de la película Rápido y Furioso, que ya va por su octava parte; las sagas están de moda. Pero bueno, el mundo del espectáculo es así, ese no es el tema que me ocupa.

Convivo con dos niñas que son contemporáneas, al igual que sus madres. Estas preciosuras tienen alrededor de 4 años y, a pesar de ser de la misma familia y vivir en la misma casa, están siendo criadas de maneras diferentes.

He visto tantas cosas en mi vida de discapacitada, algunas no tan buenas. Pero un nuevo ingreso en la larga lista de asociados removió mi sensibilidad, mi lado maternal y, sobre todo, mi condición de mujer.

El Segundo Festival Nacional para Bádminton se celebró a finales del año pasado con la intención de mantener y aumentar la participación de los discapacitados en el deporte. Con respecto al anterior hubo más calidad en los competidores y más asistencia de personas de otras provincias.