Obama Pone a Jerusalén en la Plataforma del Partido

Por Dawn Gable (desde la Convención Nacional Democrática)

El alcalde de Los Ángeles, Antonio Villaraigosa, en el distrito de Carolina del Norte Foto: www.demconvention.com

HAVANA TIMES — El presidente Obama, en una maniobra sorpresiva, propuso una enmienda en la plataforma del Partido a través de Ted Strickland, gobernador de Ohio, quien participó en el comité de plataforma. El día anterior  la plataforma ya había sido aprobada y ratificada por los delegados de la convención.

Sin embargo, atendiendo, una vez más, las críticas de los republicanos, Obama quiso agregar un texto que reconoce a Jerusalén como la capital de Israel y que añade a “Dios” en el documento.

El procedimiento para rectificar la plataforma y complacer al Presidente requirió la votación de 2/3 de los delegados. Por lo que se presentó la Enmienda a los representantes presentes en la arena en la tarde del miércoles, para realizar una votación oral.

El presidente de la Convención Nacional Demócrata,  Antonio Villaraigosa, tuvo que realizar tres intentos para poder “escuchar” una clara aprobación de 2/3.

Es decir, las dos primeras intentos no le gustó lo que escuchó, con grandes grupos de delegados gritando “no”. Entonces pidió votar dos veces de nuevo y finalmente declaró la enmienda aprobada.

Observadores objetivos ni siquiera podrían afirmar que hubo una división equilibrada, mucho menos un voto de 2/3 a favor; pero no importa, el Presidente quiso poner el texto, y el texto está.

Aparentemente la crítica de los republicanos es más importante para el Presidente que la voz del pueblo.

Pero no se debe subestimar las grandes cantidades de dinero que el lobby pro-Israel donan a los candidatos.

En las elecciones parciales el 2010, casi $ 8 millones fueron a manos de los demócratas, y $ 6 millones le han llegado ahora en lo que va de este ciclo. Las donaciones proporcionadas a los republicanos son sólo la mitad de esa cantidad.

Para tener una perspectiva de esta influencia desproporcionada, la comunidad judía estadounidense representa sólo el 1,7% de la población del país.