Una gota en el mar

Yusimí Rodríguez

Condecoración de la perrita que evitó el robo de los aires acondicionados en el Instituto de Geología y Paleontología.

HAVANA TIMES, 29 junio — Conocí a Nora García González unos meses atrás, cuando fui con un grupo de amigos a la sede de la Asociación para la Protección de Animales y Plantas (ANIPLANT), que ella preside. En aquella ocasión no intercambié palabras con ella. Meses después la contacté por teléfono a propósito de la exposición “¿Qué pasa contigo?” del fotógrafo y pintor José Rolando Molina, para pedirle algunos datos. Cuando colgué el teléfono me di cuenta de que necesitaría hacerle una entrevista aparte a Nora.

Tras más de una semana intentado ponernos de acuerdo decidimos encontrarnos el día 3 de junio a las tres y media en la sede de ANIPLANT. Llegué un poco antes y esperé. Los ocho perros que viven en la Asociación ladraron un poco y luego se tranquilizaron. Pero al cabo de un rato  se  alborotaron nuevamente y comenzaron a ladrar, mover la cola y saltar. Nora estaba abriendo la puerta en ese momento. Solo pudo saludarlos de lejos con la mano porque estaba apurada y apenas tenía tiempo para responderme las preguntas de la entrevista.

¿Cómo surgió su interés por los animales, Nora?

Pues desde que tenía año y medio. Yo era una niña muy majadera, lo único que me tranquilizaba eran las gallinas y los pollitos, a tal punto que mi mamá tuvo que meterme una gallina con sus pollitos en el corral.  Eso fue en Caibarién. A partir de entonces crié todo tipo de animales. A mi hermano y a mí nos interesaba mucho la protección de los animales, hasta que en 1986, Laura Alonso me invitó a formar parte del movimiento que ya existía para la protección de los animales, y se lo agradezco mucho.

¿Cuénteme del surgimiento de la Asociación, en qué año fue, como ocurrió?

Se pudo crear en 1987, porque hasta ese momento no existía la ley que aprobara la formación de asociaciones dentro de la sociedad civil. Ya había un comité gestor interesado en la fundación de la asociación. Cuando apareció la ley 54, permitiendo la creación de asociaciones, se dieron los pasos necesarios para que se aprobara por parte del Ministerio de Justicia.

¿Y cómo llegó usted a ser la presidenta?

Durante el primer mandato de la Asociación se prometieron cosas muy ambiciosas y casi inalcanzables: una ley protectora de animales y un asilo para ellos. La gente se desanimó muchísimo porque aquellas cosas no se podían conseguir.

Campaña de esterilzación.

El primer cargo que yo tuve fue el de secretaria. Creo que fueron mi temperamento, mi falta de miedo y también la fuerza de mi madre adoptiva María Álvarez Ríos, las que me hicieron trabajar mucho. Me convertí en presidenta en 1992, en un momento muy difícil para la Asociación. Logramos atravesar esa dura etapa de los 90 con el Período Especial y salir a flote. Hoy tenemos muchos proyectos.

¿En qué consiste exactamente el trabajo de la Asociación?

En promover educación sobre los animales, y una ley para se protección. De hecho ya existe un anteproyecto. También se realizan campañas de vacunación y se trabaja para controlar la cantidad de animales mediante campañas de esterilización masiva.

¿Usted acaba de mencionar una ley protectora de animales de la que existe un anteproyecto, ¿en qué consistiría esa ley?

Se trata de tipificar en una ley todos los actos violentos cometidos contra animales, el maltrato, las peleas de gallos, de perros; hay hasta personas que venden tomeguines entrenados para matar. También hay gente que entrena gavilanes para matar palomas, gente que les pone trampas en las azoteas y las mata.  A veces son palomas mensajeras que hacen un trabajo muy útil y muy lindo llevando mensajes, las palomas mensajeras se han usado hasta en tiempo de guerra.

¿Pero por qué la gente hace algo así?

Para divertirse sencillamente.  Son los más bajos instintos de las personas que se reflejan en el trato a los animales.  Yo le llamo a esto la crueldad del aire.  Nosotros estamos tratando de que estas cosas se reflejen como delitos que puedan ser castigados por la ley, porque en estos momentos, tú ves a alguien usando perros para pelear y como no hay una ley, no puedes hacer nada. Lo que está penado por la ley son las apuestas, pero no el hecho de echar a pelear a los perros.

Campaña de esterilización.

Hay muchas personalidades de las artes, el deporte y las ciencias que han ofrecido su firma para lograr que esta ley se haga realidad; te puedo mencionar a Alicia Alonso, Eusebio Leal, Alfredo Guevara, Arturo Montoto, Devorah Andoyo y Reynaldo González, solo para darte algunos ejemplos. Tendría que haber tribunales y abogados entrenados para enfrentar este tipo de delitos. Nosotros, los miembros de la Asociación, no entendemos que no exista una ley así en nuestro país, cuando ya en países como Bolivia y Nicaragua hay una ley protectora de animales y se han adherido a la DUBA (Declaración Universal del Bienestar Animal). La Asociación nuestra pertenece a la WSPA (World Society for the Protection of Animals).

Me hablaba horita de las campañas de esterilización masiva, eso era algo que usted también estaba  promoviendo con la exposición “¿Qué pasa contigo?.” Sin embargo Zoonosis también trata de controlar el número de perros en las calles. Ellos los recogen y después los eliminan, ¿qué piensa usted de esos métodos?

Que son un horror y que desdicen mucho de nuestro país. Yo le llamo a eso “la cara oculta de la luna,” lo feo, lo triste. Aunque reconozco que la culpa no es de Zoonosis, sino de los dueños de los perros, que los botan a la calle.  Zoonosis trata de cumplir una medida sanitaria porque imagínate si no controlamos la cantidad de animales que hay en la calle.

Sin embargo, lo que yo critico son los métodos, que son totalmente inhumanos… Mira, te voy a poner un ejemplo:  las personas planifican la cantidad de hijos que van a tener de acuerdo a su economía, a la vivienda, a sus necesidades; los perros no pueden hacer eso, tenemos que ayudarlos. Cuando una perra vive en el monte y otro perro la monta, ella tiene a sus cachorros, pero tiene que dejarlos en algún momento para buscar comida. Ahí están los depredadores; la naturaleza hace su trabajo porque además no todos sobreviven a las enfermedes. Pero nosotros, en vez de controlar la natalidad de los perritos, lo que hacemos es botarlos para la calle después de nacidos.

¿Ustedes reciben algún financiamiento del gobierno para realizar su trabajo?  ¿De dónde obtienen los recursos?

Como organización no gubernamental no recibimos ningún apoyo financiero del gobierno. Nos autofinanciamos gracias a la cuota de los asociaciados y a donaciones que también recibimos. El Estado proporciona apoyo en cuanto a las gestiones, la legalidad y lo que le es posible a través del Departamento de Asociaciones del Ministerio de Agricultura (MINAGRI).

Cuando hablamos por teléfono sobre la exposición, usted me dijo que este año se hacía para conmemorar el Día del Perro en Cuba, y que durante mucho tiempo no se había celebrado esta fecha en nuestro país. ¿Cómo lograron recuperar esta tradición?

Bueno, fue gracias a Norma Rodríguez, de la Federación de deporte Canino y también a la Federación Sinológica.  Las tres instituciones nos unimos por una investigación que hizo Zoila Portuondo sobre esta tradición. Se hizo un festival de perros en el Pabellón Cuba que se llamó FESTICAN. Esto fue en 1995, y a partir de entonces todos los años hacemos una peregrinación a la tumba de Janet Ryder y actividades culturales.

¿En cuanto a las plantas, qué han logrado hacer?

Muy poco en realidad. Lo que hacemos es orientar a los asociados y a la población  sobre el uso de las plantas como fuente de alimentación a través del ingeniero Tito Núñez Gudás, que es el fundador de los ecorestaurant del Jardín Botánico y de El Romero, en las Terrazas.

Pero la labor con los animales nos absorbe mucho y los priorizamos, porque existen otras asociaciones dedicadas a las plantas y al medio ambiente, pero no específicamente a los animales.

¿Entonces esta es una asociación única en el país?

Solo se permite la existencia de una asociación de cada tipo.

Cuando hablamos la semana pasada para encontrarnos, usted me decía que debía ser después de que terminara en Radio Progreso, o sea que usted tiene un espacio en la radio…

(En este momento, un par de perritos que lograron abrir la reja de alguna forma vienen a “saludarla,” y ella me responde mientras les pasa la mano por la cabeza.)

Gracias a Guillermo Vilar, director de Juventud 2000, tengo un espacio los sábados antes del concierto. Ahí doy consejos, alertas, hablo de prevención de enfermedades. Los martes alternos estoy en Frecuencia Total, de la emisora Radio Rebelde, y también en muchas ocasiones en el programa De tarde en casa, que conducen Raquel Mayedo y Marino Luzardo.

Hace unos días cuando le conté de mi amiga que encontró un perrito y no lo puede atender, yo pensé que usted iba a decirme que podíamos traerlo aquí, pero usted dijo que lo podría en la red. ¿Eso en qué consiste?

Bueno, aquí ya yo tengo la cantidad de animales que puedo tener, y además esto no es un asilo. Cuando tienes más animales de la cuenta los problemas se empeoran. La red es un programa de adopción para personas que por algún motivo no pueden continuar haciéndose cargo de un animal, o encontraron uno que no pueden atender, y otras que desean tener una mascota. Entonces tratamos de casarlas. A veces tenemos éxito, pero desgraciadamente aún recibimos más solicitudes de personas que desean deshacerse del animal. Los más perjudicados son los gatos, ¿sabes?  El perro tiene más oportunidades de caer bien, pero sobre los gatos hay muchos prejuicios.

Esperando.

“Mira, en Cuba, como en casi todos los países colonizados por los españoles, cuando alguien abría una bodega, lo primero que traía era un gato. Y al gato se le trataba con respeto, podía no tener nombre, pero era El Gato. Así se garantizaba que no hubiera ratones.

Además, los perros son excelentes guardianes. Un custodio puede estarse quedando dormido, pero el perro permanece alerta. Hace poco se condecoró a una perra del Instituto de Geología y Paleontología, porque impidió el robo de dos aires acondicionados. El día 28 de octubre, a las 9:30 de la noche, la perrita salió a la calle a la altura de la garita y empezó a ladrar y a señalar hacia un punto.

Los custodios vieron entonces a unos hombres en la tapia, les dieron la voz de alto y los persiguieron. Hubo un intercambio de pedradas, pero los hombres escaparon. Eran cuatro en total. Se evitó el robo de los aires acondicionados gracias a esa perrita sata, de color blanco y negro porque ella fue la primera que detectó a los ladrones.

“En los noventa, en el Museo Napoleónico, se dio una experiencia muy linda; el director era el compañero Pantaleón y él conformó un equipo de vigilancia con perros que durante el día estaban en una jaula amplia y cómoda, y a partir de las cinco de la tarde se les soltaba para que cuidaran el museo. También había unos gatos que ahuyentaban a los ratones.

“También quiero decirte que hay un gran ejército de mujeres y hombres, miembros o no de la Asociación, que valoran a los animales y se preocupan por su protección. Una vez, en el Museo de la Danza, un gatico se cayó por un tragante de la azotea y se fue por una tubería. Las trabajadoras podían escuchalo maullar, pero no sabían donde estaba para sacarlo. Alicia Alonso dijo que si había que romper la tubería, pues se rompía, pero al gato había que rescatarlo. Se hizo, vinieron bomberos, veterinarios, de todo.

Por suerte ahora los bomberos nos ayudan cuando hay que rescatar a un animal que está en algún lugar muy alto y no puede bajar solo. También ha habido casos en los que las personas han abandonado el país y han dejado al animalito dentro de la casa encerrado. Hemos tenido que solicitar un permiso para  abrir y rescatar al animal, y hasta pasarle comida por debajo de la puerta hasta que se pueda abrir.”

¿Entonces considera que falta mucho trabajo aún por hacer?

Sí, pero déjame decirte que hace poco yo estuve en el evento Animal Care, que se celebra todos los años en una ciudad de los Estados Unidos. Esta fue la primera vez que pude asistir y en esta ocasión tuvo lugar en Nashville, Tenesse. Allí vi que en países ricos, que disponen de muchos más recursos, se destinan muy pocos a los animales y la situación es mucho peor que aquí. Yo me sentí muy orgullosa de poder hablar y mostrar tablas con estadísticas, a pesar del bloqueo y todos los problemas que tenemos. En este momento estoy en conversaciones con la organización Human Society International, de los Estados Unidos, para llevar a cabo un proyecto de colaboración que permita proporcionar ayuda a los animales del país.

¿Hay algo que quisiera agregar, Nora, algún mensaje que quisiera enviar a los lectores de Havana Times?

Que podremos mejorar mucho la vida de los animales cuando nos unamos todas y todos, y hagamos una cadena de ayuda.  La Madre Teresa de Calcuta decía que a veces sentimos que lo que hacemos es una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara esa gota.  A mí me gusta pensar que mi gota en el mar es esta ayuda que doy a los animales.  Si alguien desea pedir consejo o ayudar de alguna forma puede escribirme a: [email protected]

Cuando salimos, veo que el muchacho que trabaja con ella en la Asociación sale y cierra con el cuidado que ponemos para evitar que salga un animalito detrás de nosotros, pero no entiendo porque los perros ya estaban tras una reja. “Es que ahora ellos se quedan sueltos dentro de la casa; ya les dimos la comida y ahora ellos son los dueños.”

Los escucho hablar sobre unos medicamentos que recogió más temprano una señora en la Asociación, para operar a un perro en la clínica veterinaria. “¿Pero ustedes también consiguen medicinas para las clínicas del Estado?,” pregunto. “Claro, esa es otra de las cosas que hacemos, y ojalá pudiéramos hacerlo siempre,” me responde Nora sonriendo. Camino con ella una cuadra y luego la veo andar apurada por la calle Infanta, como quien tiene aún mucho por hacer.

2 thoughts on “Una gota en el mar

  • Muy buen reportaje, pues la violencia atraviesa todas las esferas y comportamientos de nuestra sociedad…pero una pregunta: Zoonosis no es escribe así con zeta y doble o, en lugar de como aparece en el texto , con “ese”?

  • La gota que más cala es la que no sabe de nombres ni caras.

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