¿Democratizar a Cuba? (I)

Isbel Díaz Torres

HAVANA TIMES, 11 feb — Seguí con atención los discursos y los debates suscitados durante la recién concluida Conferencia del Partido. “La conformación de una sociedad más democrática”, usando las palabras de Raúl, parecía un tema vital, pero encontré poco que aportara a ese empeño.

En primer lugar, el actual presidente dedicó buena parte de su discurso a defender el sistema monopartidista instaurado en la isla. El problema es que tal defensa se basó esencialmente en la crítica a los otros modelos, y muy poco a dar argumentos sobre las bondades del cubano.

Cuando habló de la democracia representativa, el mandatario expresó que en ese modelo “la mayoría tampoco cuenta”. ¿Habría de esperarse entonces que en un modelo regido por un único partido al cual pertenece apenas un reducido por ciento de la población, la mayoría sí contara?

A mi juicio, tales esquemas partidistas (mono, bi, pluri) son evidentes mecanismos para usurpar el poder a los individuos comunes. La vacua promesa de ser fieles intérpretes de los intereses de la mayoría es, sencillamente, imposible de mantener.

Si ella fuera cierta, entonces los políticos en los períodos eleccionarios no estarían tan nerviosos, buscando qué jugarreta montarle a los pueblos para ser reelectos, y sencillamente aceptarían la evaluación popular de sus cuatro o cinco años de mandato.

Como eso no sucede nunca, entonces comprendo que el problema no está en los hombres o mujeres que acceden al poder, sino en el sistema de poder mismo.

Quizás por eso me gustan tanto los términos como empoderamiento y autoemancipación, que refieren a procesos que no ignoran las relaciones de poder, pero que las construyen desde el individuo en solidaridad con aquellos que le rodean.

Pero volviendo a la Conferencia, si tanto interesaba esa llamada “democratización” ¿por qué se aprobaron los objetivos de trabajo sin modificar los Estatutos de la organización, ni renovar la actual membresía de su Comité Central? ¿Tampoco era el momento oportuno?

Tantos meses de trabajo en los núcleos de base, pero también en la cúpula partidista, no fueron suficientes para organizar elecciones internas. ¿Fue una cuestión de tiempo o de deseo?

En su lugar, la Conferencia facultó al Comité Central para que decidiera las modificaciones que estimara pertinentes, y responsabilizó al Buró Político para que “apruebe y ponga en práctica las modificaciones necesarias a las Estructuras y Reglamentos del Partido”.

De paso, la Conferencia facultó también al Comité Central durante el presente mandato para modificar sus integrantes hasta en un 20 por ciento.

En otras palabras, hicieron justamente lo contrario a democratizar: centralizaron el proceso verdaderamente conflictivo. Se reunieron unos días para consensuar la redacción de algunos puntos, y listo. El trabajo serio lo harán los grandes después, a puertas cerradas.

Continuará….

2 thoughts on “¿Democratizar a Cuba? (I)

  • Un buen texto, preciso y crítico, sin estridencias…espero con deseo la segunda parte y en breve contribuiré en mi diario a este debate sobre la democracia (con o sin partidos) que impulsamos varios colegas en este medio…pese a las Conferencias y los incrédulos de todo signo…felicidades, isbel¡¡¡

  • Democracia participativa es lo que pedimos y por lo que peleamos en casi todos los países del mundo. En pocos se ha conseguido, pero es lo que significaría decisión y gestión de los ciudadanos.
    Ahora en Europa nos jugamos conseguirlo o nuevos totalitarismos y guerra asolaran el mundo.

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