¿Bazar del arte revolucionario?

By Irina Echarry

Che for sale
El Che a la venta

Caminando por la calle Obispo, en la Habana Vieja, las carcajadas brotaron de mi boca sin proponérmelo.  Estaba parada justo delante de un nuevo establecimiento.  Según el cartel que lo identifica es El Bazar del Arte Revolucionario.

Entré a ver qué era aquello, esperaba encontrar lo mejor de la vanguardia artística del siglo 21 en el país.  Esculturas de plutonio; videos que mostraran a los presidentes del continente americano orinando en la intimidad de sus casas.

O tal vez algún cuadro pintado con petróleo (hombres y mujeres escarbando la tierra con las manos) como símbolo de la futura destrucción humana; robots que acarician o golpean la cabeza de un niño para que duerma; fotografías que, al mirarlas, te hacen vivir la imagen que captó el fotógrafo como una realidad virtual… no sé.

Pensé en obras que pudieran marcar alguna diferencia en el arte que se hace ahora en el país.  Pero lo que encontré fue otra cosa.

Enseguida comprendí que el nombre del local es un disparate en todos los sentidos.

Un bazar es una tienda donde se venden mercancías diversas, con múltiples usos, ahí solo se venden objetos con el rostro del Ché o Fidel.  Pero lo de bazar puede pasar, en realidad hay pulóvers, llaveros, DVDs, libros…, claro, que si lo comparamos con los bazares orientales que vemos en las películas…

Lo que realmente es un insulto es la palabra arte.  El arte busca el goce estético, se supone que nuestros sentidos reciban algún estímulo del objeto que tenemos delante.  El observador  reacciona ya sea con agrado o rechazo, pero eso solo puede suceder frente a una propuesta verdaderamente artística.

Si, al menos, los productos  que se venden fueran artesanales, o sea, salidos de las manos, la paciencia, la dedicación y la imaginación de algún artesano,  tendrían muchísimo valor.  Pero no es así.  Entonces no entiendo porqué utilizar una palabra que abarca tanto para definir una mentira.  El arte es, sobre todo, auténtico.

En la pared hay un afiche con las figuras de Fidel y Raúl, en el centro de los dos el concepto de Revolución dado por el comandante en uno de sus discursos.  Por muy profundo que sea, eso tampoco es arte.

Los que no están  interesados en la figura del Ché como personaje histórico o como ser humano, la visita al bazar no les provoca nada  Y ¿qué puede sentir alguien que admire al Ché al ver cómo sacan provecho de su imagen?  ¿Querría el Ché que lo vendieran así, como si fuese una estrella de Holliwood?  Eso nunca lo sabremos.

¿Revolucionario?  Eso significa agitador, rebelde, que remueve lo que está establecido, alborotador, que hace transformaciones profundas.  Nuestros rebeldes ya pasaron su momento.  Como Gilgamesh, el héroe sumerio, no pudieron comer de la planta de la eterna juventud.  Por desgracia para todos (ellos y nosotros).    Fueron rebeldes hace 50 años.  Ahora son ancianos, estancados en la rutina que crearon.

La misma rutina que da nombres tan absurdos a los establecimientos que, simplemente, recaudan dinero (que mucha falta hace al país), vendiendo ropa con  imágenes de héroes, hechos históricos recogidos en libros o DVDs, o el rostro de alguien famoso por su patriotismo para que, desde un bolsillo, vigile nuestras llaves.

2 thoughts on “¿Bazar del arte revolucionario?

  • Estimada Irina

    Me ahorraste este post…sinceramente revelador y lúcido de las tendencias a estalinismo de mercado que parecen asomar, nublando nuestro horizonte socialista.
    Felicidades,
    Chagua

  • Hola, Irina, ciento por ciento de coincidencia ante tanta desfachatez; estas segura que el tal “bazar” que de “bazar” tampoco tiene nada, no es de algun boliburguesito ignorante originario de la tierra del tambien mal promocionado bolivar? no se porqué me asalta tal idea…

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