Llega el debate constitucional al programa humorístico Vivir del cuento (con video)

Por Osmel Ramírez Álvarez

HAVANA TIMES – “El debate me gusta más en el pasillo donde la gente dice lo que piensa”, comenta Evarista antes de iniciar la reunión que como de costumbre tiene lugar en la casa de Pánfilo, el protagonista principal del programa Vivir del cuento, en su emisión de este lunes 5 de noviembre.

Previamente Facundo, el “comunista” del barrio, orientaba a los vecinos de que no debían hacer planteamientos molestos, pues participaría un “dúo” de invitados. Aunque se utilizó de pie forzado para chistes sarcásticos, como fue confundirlos con cantantes, en ningún momento se atrevieron a especificar que son “dúos del Partido Comunista”, presentes en cada una de las reuniones para monitorear y conducir el debate. Fueron presentados solamente como “dos especialistas” en el tema.

Ruperto fue el primero en hablar de la Constitución y como en toda reunión comenzó por el artículo 68, sobre el matrimonio igualitario entre dos personas, sin definir los sexos. Tras un juego de palabras extenso terminó diciendo que no está de acuerdo. Este solo artículo hubiese acaparado el debate completo, como ha sucedido en la mayoría de las reuniones, a no ser por la oportuna intervención de Pánfilo, explicando que hay muchos otros temas de interés, que aquel no era el único. Una crítica que a la vez sirve de invitación a los que conducen los debates.

Allí se abordaron de forma general todas las inquietudes y preocupaciones de nuestro pueblo con el texto constitucional propuesto por el Partido Comunista, e igual que sucede en los barrios cubanos, y tal como predijo Evarista, no siempre se llamaron las cosas por su nombre, como sucede en los pasillos donde la gente no teme ser sincera.

Chacón pidió modificar el acápite referente a la concentración de la riqueza, explicando que como cuentapropista ganaba dinero honradamente y en vez de guardarlo deseaba invertirlo en su cafetería o en una nueva carpintería. También preguntó qué había de malo en que su hija en el extranjero le mandara una sierra nueva, ¿por qué se prohibía argumentándose que tiene carácter comercial? ¿Por qué no se puede?

Pánfilo, por su lado, encontró contradictorio que se permitiera la riqueza de artistas y periodistas y, al mismo tiempo, se prohibiera que esa riqueza se invirtiera en Cuba, limitando al sector privado a una sola actividad autorizada y también en lo referente a la inversión extranjera en el artículo 28. “¿Por qué los extranjeros pueden invertir y nosotros los cubanos no?” –preguntó.

Sobre ese particular Cachita, que es arrendadora en divisa, mencionó que su cliente alemán Peter pretendía construir una fábrica de salchichas en Cuba. Y Ruperto la interrumpió para preguntar el por qué un cubano no podía producirlas en su lugar, insinuando con doble sentido que su salchicha podrían ser mejor o más acorde con el gusto de nuestra gente.

Pánfilo, como parte de su personaje, no podía dejar de mencionar la libreta de abastecimiento, a la que pidió no se le eliminaran más productos, que al menos se preservara como está, porque muchos desaparecieron para siempre. Y Chacón, su antagonista de siempre, se burló de que él no pudiese comprarlos donde “han reaparecido”, en los mercados en divisa.

Tampoco podía faltar el problema del salario, que, según la Constitución, “remunera e incentiva el trabajo. Ruperto propone adicionar que “resolver” o lo que se conoce como “luchar” es también un incentivo. El “dúo del Partido” se ruborizó, e intentando explicar lo inexplicable se complica aún más leyendo el artículo 76, donde dice que “Todas las personas reciben el mismo salario por trabajo de igual valor”. Enseguida llovieron ejemplos de los participantes que desmintieron semejante falacia en el escenario económico cubano.

Paralelo al debate constitucional ocurría otro suceso: el administrador de una cafetería estatal pidió a Pánfilo almacenar en su casa, supuestamente por reconstrucción, algunos productos. Luego Aguaje, el delincuente del barrio, los robó todos por el tejado, con una cuerda, pero al final fue atrapado. El suceso sirvió para poner de relieve que los mayores ladrones en Cuba son los directivos estatales y la importancia del “debido proceso” y los derechos ciudadanos a la hora de caer en las manos del Minint.

Ruperto fungió como abogado defensor de Pánfilo y Chequera, exigiendo el acompañamiento legal desde el primer momento, la llamada telefónica y su condición de inocentes hasta que no se pruebe lo contrario en un juicio justo. Roberto Perdomo, en su personaje policiaco, tuvo que reconocer que no estaban detenidos. Cosa difícil de lograr en la realidad cubana, porque no hay Tribunal de Garantías Constitucionales ni Defensor del Pueblo que reciban demandas y quejas sobre violaciones de derechos reconocidos, solo ente el propio Minint (el supuesto infractor) se puede quejar el pueblo.

Fue una simpática y realista dramatización de un debate constitucional. Pánfilo culminó pidiendo que se adicione un artículo que nos diera esperanza de mejoría, que se eliminara finalmente la “pasadera de trabajo”. “Pasamos trabajo para todo, para trabajar, para ir al trabajo, para regresar del trabajo, para hacer un trámite, para comer”. Pedía con este trabalenguas la promesa de que un día dejaremos de vivir en un sistema empobrecido y disfuncional.

Y Ruperto preguntó por la garantía de que los planteamientos serían tomados en cuenta, que influirían en el texto final. Una duda general, pues no hay forma de saber ni de monitorear democráticamente si habrá un análisis serio y justo de los planteamientos. No hay cosa alguna que obligue al Partido Comunista a incluir modificaciones propuestas en los debates populares que atenten contra su poder absoluto en la sociedad cubana.

Osmel Ramirez

Soy de Mayarí, un pueblecito de Holguín. Nací el mismo día en que finalizó la guerra de Viet Nam, el 30 de abril de 1975. Un buen augurio, ya que me identifico como pacifista. Soy biólogo pero me apasionan la política, la historia y la filosofía política. Escribiendo sobre estos temas me inicié en las letras y llegué al periodismo, precisamente aquí en Havana Times. Me considero un socialista demócrata y mi única motivación comunicacional es tratar de ser útil al cambio positivo que Cuba necesita.

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2 thoughts on “Llega el debate constitucional al programa humorístico Vivir del cuento (con video)

  • Creo q el cien por ciento de todos los cuentapropistas de Cuba estan de acuerdo con los planteamientos de Chacón ojalá sean tomados en cuenta a la hora de modificar la constitución, hay una experanza.

  • Todo en esa Constitucion es paripe, y cada cual juega su parte muy bien, el pueblo sabe que los de arriba lo tienen todo decidido ya, que verdaderamente no van a cambiar nada y esto es parte del juego, y los de arriba saben que los de abajo estan claros que las opiniones de ellos no cuentan para nada, es un juego infinito de disfraces donde cada cual sabe perfectamente la mascara que le toca, el que se salga del juego se las tendra que ver con los demas paticipantes, tanto de un lado como del otro.

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