Expresar mis ideas y que se escuchen (I)

Decadencia. Cuanta destrucción, cuanta frustración, cuanta tristeza.
Decadencia. Cuanta necesidad de gritar de exigir, pero el miedo acecha.
Decadencia. Todos nosotros como autómatas aceptamos el lavado de conciencia.
Decadencia. Por nuestros hijos, la familia y las generaciones, busquemos respuestas.
Decadencia. Nos quitaron todo, pero no la resistencia.
– del album Decadencia

Entrevista por Yusimí Rodríguez

Raudel Collazo Pedroso. Foto: Yusimí Rodríguez

HAVANA TIMES, Feb.  16 — Fue el primer tema que escuché de Escuadrón Patriota, a finales del 2009; me llamó la atención por la valentía y sobre todo la ausencia malas palabras y violencia.  Lo que no evita que sea extremadamente censurado.

No solo su trabajo tiene que circular de memoria flash en memoria flash, como la mayor parte del hip hop en nuestro país, sino que se le ha impedido actuar en conciertos.

Pasó tiempo antes de que conociera a Raudel Collazo Pedroso, único integrante de Escuadrón Patriota, en una ruta P2 en agosto del 2010, y esa misma noche tuve la oportunidad de escucharlo en vivo en la Madriguera, sede de la Asociación Hermanos Saíz (AHS), en la capital.

Durante meses traté de acordar una entrevista con él, pero solo podíamos hablar algunos minutos por teléfono.  En esas conversaciones supe que Raudel es un joven de 34 años, graduado de psicología que en estos momentos realiza una maestría, y practica la filosofía Rastafari.   Finalmente he realizado un largo viaje a Güines, su pueblo natal, donde lo he entrevistado durante más de hora y media, pero puedo asegurar que los meses de espera y los avatares del viaje han valido la pena.

HT: Raudel, quisiera que me contaras de infancia, tu entrada en el mundo del hip hop.  El primer tema que te escuché cantar en aquel concierto de agosto, en la sede de  la AHS, habla de un niño criado solo por su madre, atravesando mil dificultades y escaseces.  ¿Es un tema autobiográfico?

Raudel Collazo Pedroso: Evidentemente.  Mi mamá, qué te puedo explicar, fue todo, madre, padre, amiga… Tiene un carácter súper fuerte y es impositiva, pero a ella le agradezco un montón.  Por lo menos el 98 percent de mi existencia…  Esto fue más o menos lo que viví en aquella primera etapa.  Después llegó la adolescencia, yo para nada era el Raudel que soy ahora, ni pensaba como pienso ahora.  Estaba un poco a la deriva; mis intereses eran los de cualquier joven: fiestas, diversión, tomarme un trago, parrandear con chicas.  Creía que no había más nada, que la vida se resumía en eso.  Después, por otros eventos, es que comienzo a chocar con otra realidad paralela que no sabía que existía, y sobre todo un despertar importante de la conciencia, que es la que me lleva a introducirme en un mundo para mí desconocido y ahí hubo un papel importante del hip hop.

El primer concierto que fui en mi vida fue un concierto de Grandes ligas, Junior Clan, EPG & B y yo quedé absolutamente enganchado, ya también estaba en un período de búsqueda; me quedaban chiquitos los intereses que tenía… Ya había escuchado algo de música americana, pero de rap cubano y del movimiento de rap cubano, ni sabía que existía.

Cuando regresé a mi casa de aquel concierto, fui otro, no sé que pasó, fue algo místico.  Algo me dijo: esto es lo que yo quiero hacer, esta va a ser a partir de ahora la manera de comunicarme con las personas.  Ahí comenzó el bregar mío por el mundo del Hip Hop.  Eso fue en el 2000 o 2001.  Veinticuatro años tenía yo en esa fecha.

A partir de ahí se fueron generando otro tipo de sucesos causales en mi vida, sobre todo mi conexión espiritual con la filosofía rasta… Al cambiar mis intereses y mis necesidades comencé a hacerme nuevas preguntas sobre un montón de cosas y comprendí que el hip hop era el que me podía dar la oportunidad de, además de cuestionarme y tener esas dudas, poder transmitirle a las personas como yo pensaba ante determinado fenómeno de corte social o espiritual.  El hip hop para mí era en aquel momento y es todavía la herramienta para comunicarme con los demás.

¿Cuándo comenzaste a cantar exactamente?

En el 2003.  O sea de haberme conectado con este tipo de movimiento, pasó un tiempo.  Pero sí tenía claro que de una forma o de otra, eso que yo había conocido era algo importante para mí.

Y por qué hip hop y no reggae, por ejemplo, siendo tú rasta?

El problema es que primero fue el hip hop y después fue mi choque con la filosofía rasta, cuando esto me llega, ya yo estaba involucrado con el hip hop.  Primero me empieza a interesar por un fenómeno de estética, luego por una cuestión más profunda de conocimiento, pero todo comienza con el hip hop.  Que después lo demás haya tomado cierta importancia y llegado a jugar un papel más importante en mi vida, bueno eso es otra cosa.  Yo soy del criterio de que en el mensaje, sobre todo el urbano, que nosotros transmitimos, no es tan importante el vehículo que tú emplees, sino el poder de la palabra.

Yo escucho mucho reggae.  Me atrevería a decirte que cuando voy a escuchar música, oigo más reggae que rap.  Pero a la hora de transmitir mi mensaje lo hago con el hip hop, que es lo que más se me ajusta, me encanta la rima, el liriqueo, me encanta la creación del rap, aunque yo tengo una filosofía más espiritual, que quizás responda de algún modo a la tendencia reggae, pero me encanta el hip hop.  Además, lo de rasta y reggae es más simbólico, la música más espiritual de las ceremonias del rastafari no es el reggae.  El reggae es la parte comercial del asunto.  Yo seguiré usando el hip hop para transmitir mi mensaje, un poco más social, más espiritual, pero con hip hop.

Tú me hablas de tu interés de transmitir un mensaje espiritual, y yo en tus canciones he escuchado mucho las palabras paz y tolerancia; ¿entonces por qué Escuadrón Patriota, escuadrón que es una palabra que suena tanto a cosa militar, que hace pensar en la guerra?

A ver, Escuadrón Patriota era un proyecto que existía cuando yo empecé a cantar en el 2003.  Eran tres socios que fueron los fundadores de Escuadrón.  Para ese tiempo yo no cantaba aunque estaba conectado con el rap.  De pronto se me ocurrió decirles: “Caballero, yo creo que yo puedo escribir algunas cosas.” y la negociación fue que yo iba a escribir algunas letras y ellos las iban a cantar.  Porque yo desde que me involucré con el rap sí sabía que quería transmitir un mensaje más comprometido, más responsable, pero entendía que no podía cantar.  Y ahí comenzó todo.

Después se pasó a una fase en la que ellos me dijeron: “Compadre, yo creo que estas letras que tú estás haciendo, tú las puedes cantar también.” Yo hice resistencia, hasta que un día dije: “Oye, yo voy a intentarlo.” Entonces éramos cuatro en el grupo.  Yo soy el último que entra,.  Pasaron uno o dos años, suceden varias cosas; ocurre un cisma en el grupo.  Primero quedamos dos nada más, porque dos se fueron, y después me quedo yo solo.

Pero ya dentro del mundo del Hip Hop, Escuadrón Patriota era conocido y era un poco complicado cambiarle el nombre.   Yo estaba más centrado en lo que quería transmitir En algún momento pensé resolverlo, pero después me dije: “Pa’l carajo, se queda así.”

Yo creo que te comenté en algún momento, que lo que más me llama la atención de las que te he escuchado, es que no hay malas palabras, algo que se aparta un poco de la regla en nuestro Hip Hop.  Pero además no llamas a la violencia, por el contrario: “No queremos sangre, que nadie perezca, pero alcemos la cabeza.” “Nunca hablé de poner una bomba al Ministro de Justicia.” Sin embargo eres un rapero muy censurado, ¿a qué crees que se debe esto?

Yo creo que el problema de la censura con Escuadrón, es que quizás mis letras no sean tan epidérmicas ni tan superficiales..  Yo he sido consciente de muchas cosas por la información que me ha llegado; me encanta la literatura social y la literatura política, más que los clásicos, aunque estos también los he leído.  Yo me forjé, leyendo a Malcom X, Martin Luther King, Carmichael, Franz Fannon, y esa gente me aportó mucho desde el punto de vista social, de cómo enfocar las cosas, fueron casi el fundamento de mis ideas y me enseñaron a dilucidar más profundamente los fenómenos, no ver solo la consecuencia, sino ir a la causa.

Escuadrón Patriota en concierto. Foto: cortesía del entrevistado.

En Cuba se hizo una Revolución en el año 1959, no la única, pero se hizo esa Revolución, y supuestamente le garantizó todos los derechos a los ciudadanos, la población cubana estaba muy ávida de eso.  La gente nunca se preocupó mucho por cuestionar ni poner en duda nada; se tomaban decisiones y nadie cuestionaba.  Aunque siempre ha habido en todos los tiempos gente que se ha atrevido a cuestionar, no sé por qué pienso que esta generación de ahora es más atrevida en cuanto a desafiar el orden establecido.

También estamos más lejos del proceso revolucionario…

Exactamente.  Nosotros, directamente no estuvimos involucrados en el proceso revolucionario.  Nos tocó un ala, pero no nos dio de lleno.  Yo no estuve en un Girón, ni en lo del 80, ni en Boca Camarioca, no estuve cuando el Escambray; o sea, no fueron experiencias vividas por mí, a mí eso me toca desde el punto de vista histórico, de lo que me dan en la escuela.  Esas cosas le tocaron a otra generación, a mí me tocó otra cosa que es por la que me tengo que preocupar, ¿entiendes? Y como me tocaron otros fenómenos, otra energía, esos son los que yo trato de enfrentar, de explicarme, de cuestionar.

Trato de hablar sobre ellas, pero con un espíritu crítico.  En ninguna de mis letras ni de mis mensajes digo que yo tengo la solución.  Yo sencillamente hablo de lo que veo, y lo trato de hacer con valentía, sin provocación ni mucho menos.  Pero sí estoy consciente de que hay un problema en mi sociedad.  Estoy tratando de dar mi pequeño aporte para que ese problema se resuelva, que muchos quisieran asumir que no existe, y yo sé que sí existe.

En ese punto es que viene Escuadrón con su mensaje a recordarle a la gente que hay un problema y que todo no es tan perfecto.  Y al parecer eso es un desafío, que yo no lo veo como desafío, sino como algo común, el derecho al ejercicio de criterio, a la contradicción, para que exista un mínimo de desarrollo en una sociedad, no solo económico ni político, sino también espiritual, tiene que existir el debate, tienen que estar esas ideas.  Yo nací aquí, vivo, aquí, tengo derecho a expresar mis ideas y que se escuchen.

Supe que no te dejaron cantar en la peña del rapero Sekú, de Anónimo Consejo, en la Casa de la Música.  ¿Me puedes decir que ocurrió, quién te impidió cantar y qué explicación te dieron?

El asunto en la Casa de la Música, era que habíamos llegado a un punto en que desde el punto de vista de la censura yo me estaba pasando de los límites establecidos.  Ya habían ocurrido unas cuantas cosas.  Recordemos que el mensaje de Escuadrón de alguna forma ha trascendido; no solo el pueblo cubano, o la mayoría del pueblo cubano, lo escucha.

Internacionalmente hay mucha gente preocupada con este tipo de mensaje, según me he enterado, porque yo no tengo acceso a Internet ni nada de eso.  Ha habido otro tipo de situaciones y claramente hablando, parece que mi mensaje, como es contestatario, a mucha gente le sirve, para hacer todo tipo de cosas, con algunas estoy de acuerdo y con otras, no… esto crea una gran polémica y una situación de gran tensión y presión.  Yo creo que cuando la censura de la Casa de la Música, las cosas habían llegado a ese punto de que yo no sé cómo me ve la estructura, si me ve como un contrarrevolucionario o como un tipo que está diciendo las cosas que hay que decir…

¿Cómo te ves tú?

Yo me veo, como te decía horita, como un tipo que sabe que en su sociedad hay un problema y está tratando de dar su humilde aporte para que se resuelva.  ¿De qué manera? De la única que sé, con el poder de la palabra.  Y ya habíamos llegado al punto que no sé qué tipo de peligro yo pueda representar, porque tanta presión con Escuadrón, es que para ellos nada bueno yo represento.  La otra parte es que tú llegas a los lugares y te dicen que no puedes entrar, que no puedes cantar, pero nadie te da la cara.  En esta ocasión, el que me dijo que no podía cantar fue el productor de Anónimo Consejo.  El me comunicó que la Seguridad le dijo que yo no podía cantar ni entrar.  Pero cuando yo voy a buscar respuestas, nadie las da, ¿entiendes?

¿Esto ha ocurrido en otras ocasiones?

De esa manera, con esa arbitrariedad, primera vez.

¿Cómo ha sido las otras veces?

Sencillamente, se organiza un concierto y yo no puedo estar, pero con antelación me lo hacen saber.  Se lo hacen saber a los que están organizando el concierto.  Les dicen: “Oye, mira, fulano no puede cantar aquí.” Y ellos me lo hacen saber.

O sea, puedes ir, pero no puedes cantar.

Lo que se maneja es “no puedes cantar.” Yo decido si voy o no.  Pero en esta ocasión, la información era que no podía cantar, pero además no podía entrar.  La frase fue “ni él ni los suyos.” Eso de los míos no me quedó muy claro; me sonó a banda o a piquete, y yo no tengo banda ni piquete.  Pero a mí directamente nadie me dijo nada.

Me has dicho no tienes la solución al problema del país.  Sin embargo tienes un tema que se llama “Somos la raíz del cambio” y casualmente es el título de tu próximo disco.  Quisiera que me explicaras: primero, en qué debe consistir ese cambio, y segundo, en qué forma concreta nosotros podemos ser nosotros la raíz de ese cambio.

Yo, desde mi humilde criterio y mi posición, he visto en lo que se ha convertido la sociedad cubana, y como un crítico y un observador de la sociedad pienso que hay muchas cosas que cambiar, no solo en el orden gubernamental, si no en el orden personal y espiritual.  Ese es el cambio del que yo hablo.  Sí pienso que muchas cosas en el orden gubernamental, de sistema, tienen que cambiar, en orden de justicia social.

Portada de El Legado

No pienso que con salud y educación gratuitas se resuelve el problema de un país.  Está la libertad individual, cuando hablo de esto me refiero a la libertad individual de cada cual a la libre expresión de las ideas, de plantearlas abiertamente y defenderlas, aunque vayan en contra del poder establecido…  No puedo entender que vayamos a construir una nación con un criterio único, y además desfasado.

Hay que pensar en todo y en todos, porque yo estoy convencido de que mis intereses no son los mismos que los de una persona de setenta y tantos años, y no concibo que esa persona decida por mí.  No puedo acatarlo…  Pienso en la cuestión de las oportunidades, y cuando te hablo de oportunidades, me preocupa mucho algo que me tiene cabreado hace mucho tiempo y es la cuestión del racismo en Cuba.

De eso íbamos a hablar, pero me alegra que tú hayas sacado el tema.  ¿Tú sientes que hay racismo en Cuba?

Sí, sí, sí, del peor.  Aunque sé que tiene raíces socioculturales y de mentalidad, en la índole de lo psíquico del cubano, por toda la historia que tuvimos que atravesar para llegar hasta este punto.  Es cierto que de la mente del cubano nunca se borró ese flagelo, pero también es cierto que el poder gubernamental no ha hecho mucho con acciones concretas.

Bueno, tú sabes que para muchas personas en el mundo nosotros somos un paradigma en cuanto a la cuestión racial y te rebatirían eso de que en Cuba hay racismo, y como tú has dicho, del peor.  Así es que hace falta que seas un poco más específico.

Contraportada de El Legado

Bueno, lo primero que puedo decirte es que estoy absolutamente dispuesto a sentarme discutir con cualquier analista y cualquier intelectual, para demostrar lo que estoy diciendo.  Porque esto no es un problema de intelectualidad, de un discurso verbal con un contenido, de estética.  Se trata de hechos palpables.  Vamos a hablar de representatividad: ¿Dónde está la representatividad del negro en el poder gubernamental?

Está Esteban Lazo…

No, no, no.  Estamos hablando de una sociedad dónde más que 40 porciento es de afrodescendientes, ¿cómo tú me vas a hablar de Esteban Lazo [uno de los cinco vice presidentes], si en ese poder deben ser más de 600 personas? Y a los negros los puedes contar con una mano.  En los medios masivos de comunicación eso no hay representatividad.  Estoy hablando de los medios que influyen y controlan la opinión pública.

En los principales renglones económicos, en los empleos más remunerados, a los que todo el mundo aspiraría como una visión de éxito, ¿dónde está la representatividad?  Hablo del polo del turismo, ¿dónde está la representatividad?  ¿Pero además, dónde está la representatividad del hombre negro en los principales entes del polo científico, por ejemplo?

¿Pero no será que las personas negras no nos ha interesado llegar a esos puestos?

No creo que sea el punto.  Me molesta mucho cuando me digan que a las personas negras no les interesa estudiar, ni nada… no es cierto.  Y cuando vas a los hechos históricos te das cuenta de que el problema no es que el hombre negro no quiera estudiar y no quiera llegar.  Creo que hay una barrera para que simplemente no ocurra.  El discurso verbal, oficial, dice: “Todo está bien.  ¿Qué pasa?.” Pero la realidad del asunto dice otra cosa.  Solamente hay que salir a caminar.

¿Tú personalmente has sentido la discriminación racial en Cuba?

Mira, te voy a hacer una anécdota.  Yo hice la carrera de psicología en la municipalización, en los primeros cursos.  Me gradué hace dos años.  Cuando yo fui a solicitar la carrera, yo tenía los dreadlocks chiquititos, no como ahora, pero tenía barba y eso.  Y de pronto, yo sé que hubo gente del tribunal que no entendía; me miraban la barba y los dreadlocks como diciendo: “no entiendo nada.” No quiero mencionar nombres, pero el asunto es que se creó una situación muy tensa ahí, donde yo me violenté y me puse muy mal, porque sentí la discriminación.

¿Cuál fue la situación que se creó?

Es que tendría que involucrar mucha gente y creo que no es el objetivo.  Pero hubo un punto en el que yo reaccioné de una manera, porque sentí todo el peso de la discriminación.  Pero yo me voy más a la colectividad que al plano personal.  Siento que la discriminación es más colectiva, en el orden de la etnia afrodescendiente.

Te puedo decir que yo no me considero un tipo racista, pero sí, un nacionalista en ese tema, defensor a ultranza de mi raza, de mis ideales, de mi historia, y si me muero y vuelvo a nacer, quiero ser negro de nuevo… Creo que a esas grandes colectividades de que estoy hablando tampoco le han dado la oportunidad de conocer su historia, y en eso juega un papel fundamental la educación.  La educación en una Cuba futura tiene que expandirse más, y dar a conocer datos importantes que se están borrando, ignorando, y se está intentando minimizar el papel en la historia de un grupo social tan importante como el afrodescendiente, para la cultura de este país y fundamentalmente para la independencia.

Al final de tu tema “No más discriminación.” del disco El legado, tú mencionas a una serie de personalidades negras que jugaron un papel importante en la lucha por la emancipación y los derechos civiles de nuestra raza; me llama la atención que el último nombre en tu lista es Barack Obama.  ¿Crees que merece ser situado junto a Martin Luther King, Rosa Parker, Malcom X…, cuando en realidad no ha cumplido ninguna de las promesas de su campaña electoral y es solo un hombre del establishment americano?

Cuando lo incluí en esa lista fue por una cuestión puramente simbólica.  El es el primer presidente negro de ese país y es algo que a mí me alegró mucho.  Pero además, si no ha hecho  lo que prometió es porque no ha podido, porque en ese país rige Babilonia, él no puede luchar solo contra todo un sistema, a pesar de las buenas intenciones que tenga y de las reformas que haya querido hacer.  No lo han dejado hacer más.  Ese disco lo grabé entre finales del 2008 y principios del 2009, cuando él acababa de resultar electo presidente.

A ser continuada este viernes, 18 de febrero…

One thought on “Expresar mis ideas y que se escuchen (I)

  • Excelente trabajo Yusimi.

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