Monumento al bache o peligro en potencia

Miguel Arias Sánchez

HAVANA TIMES – En el reparto Guiteras, exactamente en la calle 19 y avenida de Casa Blanca, existe y persiste un bache que parece haber sido tallado por la mano del hombre.

Todas las personas que transitan a diario por ese lugar pueden dar fe de mis palabras.

Empezó como todos, pequeño, pero con el paso constante de carros, camiones y ómnibus fue creciendo hasta lo que es hoy, un gran bache.

Usted se preguntará, con tantos huecos que hay por toda La Habana ¿en qué radica su peculiaridad? Pues en este caso los mismos vecinos y algún que otro transeúnte han tratado de taparlo. Hace un tiempo lo rellenaron con tierra y piedra para que se pudiera transitar por el lugar, aunque con el paso de los meses volvió a aparecer.

Ha servido de maceta y se ha transformado en señal de tránsito. Se le sembraron matas altas en su interior, como si fuera una especie de tinajón. La altura de las plantas es para que se puedan divisar desde lejos, impidiendo que los vehículos caigan en él. Los choferes, todos, se desvían lo mismo a la derecha que a la izquierda, pasándole por un lateral a cualquier velocidad.

Por esa calle transitan los ómnibus que van para el paradero de Guanabacoa y Bahía, también los vehículos estatales, incluyendo a todos los organismos del municipio. Imagino que en algún momento haya estado dentro de uno de esos carros algún funcionario o alguien con un cargo que pueda influir en el arreglo.

He escuchado la opinión de la mayoría de las personas que pasan por el lugar y el asombro, impotencia y la crítica crece a la par del bache. “Increíble”, “es una falta de respeto”, “a nadie le interesa esto”, son expresiones que se perciben. Y ¿entonces?

Además de afear el ornato público, es un peligro en potencia, sobre todo de noche, pues cuando los carros se dan cuenta ya están encima de él.

Para nadie es un secreto que tenemos problemas económicos con el asfalto y los vehículos que se utilizan para arreglar las calles. Pero no es posible que algo tan peligroso, porque puede proyectarse un ómnibus contra los peatones, no sensibilice a nadie.

¡Hasta cuándo! ¿Qué están esperando? ¿Que suceda un accidente? Hay que taparlo con cemento, chapapote, lo que sea. O este también es culpa del bloqueo, tantas veces utilizado para tapar nuestras propias deficiencias. Más bien es un problema de indiferencia ante una situación que nos perjudica a todos.

Hay un slogan vacío que se repite mucho por acá: “hagamos de nuestra ciudad, una ciudad más bella, hermosa y querida”. Con un bache como este, estoy seguro de que no lo lograremos nunca.

 

Miguel Arias Sanchez

Miguel Arias Sánchez: Nací en Regla, en el año 1949. Allí hice mis estudios primarios y secundarios. Luego me incorporé a los cursos de maestros populares y ejercí varios años. Pasé el Servicio Militar y enseguida que me desmovilicé estudié, ya de manera oficial, el magisterio; después la Licenciatura en la Universidad de la Habana. Por casi veinte años ejercí en las aulas de la Habana. Luego tuve la suerte de viajar y conocer otra realidad. Regresé, y actualmente realizo distintas actividades por cuenta propia.

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