Cuba construye matriz de opinión pro-transgénicos

Isbel Díaz Torres

Protesta de Greenpeace contra los cultivos transgénicos.
Activistas de Greenpeace en una de sus campañas en contra de los transgénicos. Foto: EFE/cubadebate.cu

HAVANA TIMES – Casi en silencio, con ayuda del sitio Cubadebate, el sistema cubano construye una matriz de opinión a favor de los alimentos transgénicos, muy en consonancia con la llegada inminente de productores estadounidenses de esos cultivos.

Solo en este mes de julio, el oficialista sitio web ha publicado dos artículos (que dicen en esencia la misma cosa), en los que arremeten contra los ambientalistas críticos del uso de los Organismos Genéticamente Modificados (OGM) en la agricultura, y promotores de la soberanía alimentaria.

Más de un centenar de Premios Nobel acusan a Greenpeace por actuar contra los transgénicos (1) es el artículo que publica Cubadebate el primero de julio.

Sin dar ningún otro matiz, ignorando los pocos debates que se han desarrollado en Cuba alrededor del tema, se promueven falacias como que los OGM “ayudan a la biodiversidad global”, “no son perjudiciales al medioambiente”, no han afectado a seres humanos ni animales, y son “seguros”.

Por supuesto, el énfasis se hace especialmente en Greenpeace, mientras se ignora que la mayor parte de los movimientos sociales latinoamericanos ambientalistas, rurales, indígenas, también se han opuesto históricamente a esa práctica común imperialista.

El usado de los cultivos transgénicos en los Estados Unidos ha sido más que el usado en muchos otros países. Los datos presentados a continuación muestran. Foto: cls.casa.colostate.edu
El usado de los cultivos transgénicos en los Estados Unidos ha sido más que el usado en muchos otros países. Los datos presentados a continuación muestran. Foto: cls.casa.colostate.edu

El día 10 de julio, el doctor Luis A. Montero Cabrera vuelve sobre el tema en Los transgénicos y los Premios Nobel (2), y sin aportar argumento científico o filosófico alguno, se suma a quienes desde el poder global, intentan criminalizar las luchas ambientalistas, movidos por obvios intereses enconómicos.

Por supuesto, no es eso lo que nos cuenta el doctor, sino que hace una apología de la “vida” y la “diversidad”, en un enfoque plagado de positivismo, mientras intenta confundir entre la vertiginossa “selección artificial” que hacemos los humanos, con la que se conoce como “selección natural” por los evolucionistas. Sobre todo, porque el caso de la transgénesis no se trata de una simple selección, sino de intervención y manipulación en el núcleo mismo de la repoducción de la vida.

En la serie de sinrazones, el Dr. llega a decir que “la revolución de las cosechas de alimentos transgénicos ha significado tanto para el bienestar de la humanidad como la de los fertilizantes artificiales a principios del siglo XX”.

A la basura se van en esa simple frase años de investigaciones cubanas en agroecología. Ahora es que comenzaremos a ver las consecuencias de nunca haber elaborado en Cuba una crítica profunda a la llamada Revolución Verde, que nos dejó como mejor regalo los llamados “bombazos” (así se refieren los técnicos cubanos a las aplicaciones de altas dosis de agrotóxicos en los cultivos).

Por supuesto, siempre es bueno acudir a Premios Nobel cuando se quiere legitimar una cosa (o su opuesto). En este caso, se trata exactamente de 25 físicos, 34 químicos, 41 médicos, 8 economistas, un premio de Literatura, y un Premio Nobel de la Paz.

Este último, por cierto, es José Ramos-Horta, expresidente de Timor Oriental, y célebre por apoyar la invasióna Irak por las tropas estadounidenses en 2003. Su Premio Noble me recuerda un poco el otorgado a Obama: más que un reconocimiento,fue un pedido para incidir en la paz mundial.

Richard Roberts y Phillip A. Sharp, también firmantes, son empresarios biotecnológicos, así que tampoco es el altruismo lo que parece moverles.

Lo cierto es que, por más que el poder intente vendernos la tecnología como “apolítica”, las patentes de las semillas transgénicas seguirán en manos de Monsanto, BASF, DuPont, Syngenta (que ya está en Cuba), entre otras empresas transnacionales que lo que menos les interesa es la seguridad alimentaria.

Ya está bien establecido en ese debate (por más que la contraparte pro-transgénicos no lo asuma) que no se trata solo de productividad o tecnología, sino de bioética.

Los extensos monocultivos mantenidos a base de agroquímicos que defienden esos Nobel arrasan con las culturas culinarias y prácticas agrícolas tradicionales, generan el desplazamiento de familias enteras, y las megaplantaciones se adueñan de hectáreas y hectáreas de tierra. De hecho, el 75 porciento de la tierra agrícola se usa para producir forrajes para animales en cría industrial y agrocombustibles, no alimentos.

Una de las campañas a favor de etiquetas alertando consumidores. Foto: stop-monsanto.es
Una de las campañas a favor de etiquetas alertando consumidores. Foto: stop-monsanto.es

La industria alimenticia a nivel global desperdicia del 33 al 40 porciento de la comida producida, según datos de la FAO, y eso sería suficiente para alimentar a esos pobres del mundo que ahora los físicos y químicos quieren supuestamente defender (mientras sustentan, de paso, el sistema que genera esa pobreza).

Por su parte, más de 300 científicos, respondiendo al llamado de la Red Europea de Científicos por la Responsabilidad Social y Ambiental, han rebatido que los OGM sean seguros para los agroecosistemas o para el ser humano.

¿Y a quién decide creer el sistema cubano? pues a los aliados del poder global, en coherencia con el proceso de actualización que vive el país, y con la jugosa promesa de los agricultores estadounidenses de exportar sus productos a Cuba e invertir en nuestra agricultura, ahora que los europeos no quieren comprar sus semillas transgénicas.

Y así, subrepticiamente, el gobierno en la Isla va construyendo la matriz de opinión, entre el desinformado lector cubano.

Por cierto, al Dr. Luis A. Montero Cabrera se le olvidó mencionar que la carta de los Premios Nobel preocupados por el Sur hambriento, se presentó bien al norte, en Washington, pues el Congreso estaba al votar una ley sobre etiquetado de alimentos transgénicos que busca impedir que los diferentes estados tomen decisiones en este tema, y quede totalmente en manos de las empresas.

Montero prefiere ignorar todo lo anterior y concluir con ¿ingenuidad?:

“Algunas de las razones que se han esgrimido contra los transgénicos son de tipo político. Ciertas transnacionales son importantes promotoras de estos cultivos por sus beneficios comerciales. Se puede tener la opinión que corresponda con respecto a la acción negativa de algunas entidades. Sin embargo, la verdad científica puede ser esgrimida tanto por una organización monopolista y exclusivista como por un laboratorio biofarmacéutico revolucionario, propiedad del pueblo. La inocuidad y los beneficios humanitarios de los productos de la biotecnología debida y científicamente probados no dependen de sus dueños.”

Los laboratorios en Cuba son propiedad del Estado, no del pueblo. Por otra parte, al decir que los resultados de la biotecnología no dependen de los dueños de las empresas investigadoras, este Doctor está afirmando que Monsanto ofrece una tecnología con los mismos impactos ambientales que una empresa administrada por el Estado cubano.
Yo, como anarquista, estaría totalmente de acuerdo con tal aseveración, pero ¿logra entender eso el científico cubano?

 

Isbel Diaz

Isbel Díaz Torres: Pinar del Río y La Habana son mis ciudades. En una nací, el 1º de marzo de 1976, y en la otra he vivido desde siempre. Soy biólogo y poeta, aunque eventualmente he sido músico, traductor, profesor, informático, diseñador, fotógrafo, o editor. Soy un gran inconforme y defensor de las diferencias, quizás por haber sido desde siempre un “niño modelo” muy reprimido. Nada me subyuga más que lo desconocido, la naturaleza y el arte me funcionan como fuentes de misterio y desarrollo. Un sorprendente activismo ha nacido en mí en los últimos tiempos. Aunque no estoy muy seguro de cómo utilizarlo, siento que es una energía noble y legítima. Ojalá tenga discernimiento para manejarla.

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5 thoughts on “Cuba construye matriz de opinión pro-transgénicos

  • Libre de transgénicos Producción de alimentos: Un único punto de venta de Irlanda – la isla de los alimentos:
    El video de la conferencia de prensa sobre el caso de negocio para el sello libre de transgénicos de Irlanda, con Richard Corrigan (Michelin chef estrella y presentador de televisión), Darina Allen (Slow Food Irlanda, Bueno Irlanda comida, Grupo libre elección del consumidor, Artisan Food Forum, y los agricultores el movimiento del mercado), Malcolm Thompson (ganado irlandeses y Asociación Sheepfarmers), Evan Doyle (Consejo Sabor, Confianza orgánica y Euro-Toques Irlanda), el Dr. John Fagan (Cert ID), y Michael O’Callaghan (GM-libre de Irlanda) . 17 de noviembre de 2010:
    http://www.gmfreeireland.org

    buena libre de transgénicos irlandesa etiqueta para negocios: Valor añadido, el aumento de la cuota de mercado, la marca y la mejor punto de venta único: la marca de alimentos libres de transgénicos más creíble en Europa.
    Libre de transgénicos comunicado de prensa Irlanda Red 17 de noviembre de 2009

    la producción libre de transgénicos: un único punto de venta de Irlanda – la isla de los alimentos.
    De 47 páginas reunión informativa con estudio de mercado libre de transgénicos 17 de noviembre de 2009 (1,2 MB pdf)

    Alfalfa, abril de 2009
    Michael O’Callaghan, libres de transgénicos Irlanda
    Presentación: Irlanda como reserva libre de Bioseguridad de OGM para Europa (pdf, 2,1 MB,

  • estas empresas transnacionales no sólo serán dueños de los medios de producción, pero la comida en sí. que están tratando de “poseer” la necesidad más básica en mi país, Irlanda, que es el agua. Nosotros los desafiamos

  • en Cuba lo que hay es hambre orgánico… que nos ha llevado a los Cubanos a mutar de los valientes mambises a los carneros que somos hoy en día… la comida transgénica no sera buena pero la hambruna causada por no tenerlos tampoco lo es… Cuba aun puede hacer muchas cosas bien, lo mismo en materia de agricultura orgánica sostenible, energías renovables o implementar el internet wifi nacional PERO…!!!!!! es como tratar de que Raul Castro y sus vejetes acompañantes entiendan la teoría de la relatividad y de paso resuelvan el cubo de rubick.. para ellos es mas fácil acusar a Einstein de contrarevolucionario y mandarlo a encarcelar (sin saber que ya murió) y decir que el cubo de rubick es una patraña del imperio para que le duelan las manos a los lideres históricos dada la artritis…

  • En mi opinión el doctor Luis A. Montero Cabrera no se suma a quienes intentan criminalizar las luchas ambientalistas, por obvios intereses económicos, sino al sentido común y a la verdad científica. Un paso previo para hacer Ciencia, es creer que al menos en muchos ámbitos, existe la verdad y la labor del científico es buscarla y probarla. Sin embargo en el debate sobre los transgénicos, con frecuencia ocurre lo contrario, en vez de buscar clarificarlo se busca enturbiarlo con múltiples acusaciones de forma que se vuelve loco al defensor de esta tecnología incapaz de atender a tantos frentes, con frecuencia muy tangenciales al tema tratado. Creo que precisamente esta falta de una acusación nítida que identifique el supuesto peligro de los transgénicos es una demostración de la debilidad de la postura de los opositores a la tecnología. Pienso que el verdadero miedo de los ecologistas es el casi imposible control del flujo de genes desde las plantas domesticadas hacia las especies silvestres en cuando existieran miles de variedades transgénicas en el conjunto de todas las especies cultivadas. En ello creo hubiera que centrar el debate si se fuera honesto y no en tantas otras cosas.
    El otro gran argumentario contra los transgénicos es el del riesgo para la salud. El caso es que cada año se cultivan casi 180 millones de hectáreas con estos cultivos. En sus ya casi 20 años de existencia, se ha sembrado miles de millones de hectáreas. Y sin embargo, no ha habido un solo caso de daño a la salud documentado. Es cierto que la mayoría de sus productos se utilizan en la alimentación animal pero el caso es que los veterinarios del mundo no han detectado un aumento de ninguna de las patologías de vacas, cerdos, gallinas, corderos en las cabañas que utilizan estos granos respecto a los que no los utilizan. Y eso que hay cientos de activistas, muchos suficientemente cercanos al sector ganadero deseosos de encontrar algún traspiés que permita montar alguna campaña en su contra. Y si se tiene duda de esto analizar el caso Seralini. Como es posible que este investigador en ensayos de laboratorios, con una raza de ratones que desarrolla en cualquier caso muchos tumores, afirmara que observaba un incremento preocupante en la aparición de esta patología y luego en el mundo real, habiendo alimentado millones de animales y no solo algunas docenas (como en el ensayo), no se observa ningún incremento. ¿Por qué sería que hasta cinco academias científicas francesas descalificaran la metodología seguida en el ensayo y el artículo fuera retirado de la revista que lo publicó? Mi convicción, no puedo probarlo, es que en el campo de los anti, hay más de uno capaz de cualquier mentira al objeto de ganar “esa su lucha”.

  • Isbel, solo tienes que ir a los almacenes mayorista de alimentos y preguntar con ingenuidad de que pais son los suministros y veras que casi todos los granos son de paises agroexportadores que tienen cultivos transgenicos. Los cubanos llevamos decadas alimentandonos con transgenicos y aqui estamos. Yo estoy en contra de los transgenicos sobre todo por el atentado a la seguridad alimentaria cuando tienes que depender de semillas y fertilizantes salidos del monopolio de un laboratorio para alimententar un pais y mucho menos por el tema afectacion a la salud.

    Los transgenicos y cualquier semilla salida de un laboratorio atentan contra la ancestral tradicion de los campesinos de conservar la semilla nativa adaptada al clima local, producir compost y humus como fertilizantes utilizando como materia prima los residuos de cosecha y el estiercol de animales. Al parecer la politica agricola en Cuba se basa en el fomento de pequeños y medianos minifundios de tierra en los que no tiene sentido utilizar un costoso paquete tecnologico transgenico.

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