Serie Mundial, el mejor salvavidas para el boxeo cubano

Por Ronal Quiñónez

Julio Cesar La Cruz Peraza (d) en su reciente pelea contra un boxeador del equipo británico.  Foto: worldseriesobxing.com
Julio Cesar La Cruz Peraza (d) en su reciente pelea contra un boxeador del equipo británico. Foto: worldseriesobxing.com

HAVANA TIMES — Como todo lo que huele a profesionalismo, cuando se lanzó la Serie Mundial de Boxeo hubo mucho escepticismo en las autoridades deportivas cubanas.
Tres ediciones debieron pasar para que al final la mayor de las Antillas se enrolara en la justa, de cierta manera forzada porque la competencia iba a ser la principal aportadora de clasificaciones para los Juegos Olímpicos.

El ensayo fue en la cuarta temporada, y fue tan exitoso que ya sin tapujos se avala al torneo, que a pesar de todo no reúne a los mejores boxeadores del mundo, y los de mayor calidad apenas suben a los cuadriláteros.

Sí, hay que decirlo, y no para restar mérito a la coronación de los Domadores de Cuba en la pasada versión: la mayoría de los topes efectuados fueron ante rivales de poca monta, y algo por el estilo viene sucediendo en esta quinta versión.

Pero no es ese el tema principal de este trabajo, sino el gran problema que ha resuelto a los púgiles cubanos el evento, que les reporta beneficios económicos.

Comparado con lo que gana otro boxeador en otra franquicia, es hasta risible la cifra de 500 pesos convertibles (poco más de 500 dólares) por cada pelea ganada, porque según han confesado algunos de otros países, reciben hasta cinco mil, y no hablábamos de la postemporada, sino de la fase regular.

Sin embargo, para un cubano ese monto es bien significativo, si se toma en cuenta que los salarios promedio en la Isla no sobrepasan los 20 dólares al mes, y estos deportistas pueden pelear (y casi siempre ganar) hasta dos veces al mes.

Por eso no llama la atención que desde el pasado año el número de deserciones en el boxeo cubano ha disminuido casi a cero, y los dos únicos casos (Ramón Luis y Marcos Forestal) fueron púgiles no considerados punteros en su división, aunque con juventud como para labrarse un buen camino en al ámbito profesional.

Claramente, la Serie Mundial de Boxeo ha cambiado la situación de los participantes cubanos.

Luis, quien se perfilaba como el principal hombre de los 75 kilogramos, abandonó la delegación en un torneo clasificatorio celebrado en México, y Forestal, sustituto frecuente en los 56 del titular olímpico Robeisy Ramírez, decidió quedarse en Estados Unidos cuando los Domadores disputaron la vuelta de los cuartos de final, correspondiente a la pasada Serie.

No obstante, en sentido general se aprecia muy buena disposición en los boxeadores caribeños, que han podido resolver no pocos problemas cotidianos con ese dinero. Sin ir muy a profundidad, Yosvany Veitía se ha comprado una moto, y Julio César La Cruz casi pierde la vida por una disputa relacionada con una deuda monetaria.

El título colectivo alcanzado el pasado año permitió a la franquicia de los Domadores encarar la presente sin ser una carga para el Estado, y poder premiar a sus integrantes con ese medio millón de dólares.

Además, para este año el equipo se hizo con el patrocinio de la firma alemana de ropa deportiva Puma, que además de vestirlos, ha prometido premios de 15 mil dólares para quien termine como campeón en los Juegos Olímpicos del próximo año, 12 mil a los subcampeones y 10 mil a los terceros. Es fácil adivinar la motivación de la escuadra caribeña para ese torneo.

En intercambio con aficionados al deporte de los puños, pudimos constatar los criterios existentes con respecto a este evento.

“Yo la verdad que ya ni lo sigo. Dan pena los rivales que tienen los cubanos. Ni los equipos buenos como Rusia, Ucrania o Kazajastán ponen a sus mejores boxeadores. Parece que son invencibles, pero no es la realidad. Se vio en la final del pasado año, que tuvieron que ir a una pelea extra porque quedaron empatados con Azerbaiyán. También se vio en el Mundial pasado, donde volvieron a quedar segundos”, dice Gerardo para romper el hielo.

Sin embargo, Leonel le replica: “Sí, pero eso fue hace dos años, no habíamos entrado en la Serie Mundial y los cubanos nada más boxeaban en alguna gira por Europa, dos o tres combates en el año, por eso casi siempre perdían con los europeos. Yo quiero ver el Mundial de este año, ya con la experiencia de la Serie, que no tiene a los mejores, pero les da confianza y más ring.”

“Este Serie le queda corta a los cubanos”, argumenta Simón, “cuando hay que demostrar de verdad es en los Juegos Olímpicos y los Mundiales, y eso está por ver. Yo apoyo a la Escuela Cubana, pero todavía no son ni la sombra de aquellas escuadras donde había un cinchete en cada peso”.

“Yo estoy muy contento porque se les está pagando bien. Seguro en el resto del mundo ganan más, pero ellos están recibiendo buena plata, y se les nota en la disposición a la hora de pelear. Dicen que si pierden no les dan ni un kilo”, apunta Amaury.

“Del dinero mejor no hablen”, casi grita Torres, “el año pasado cortaron la trasmisión de la premiación cuando salía el cheque con el millón de dólares, como si hubiera sido un delito haberlo ganado. Total, si todo el mundo sabe que están ganando dinero y que eso es para pagar los viajes y todo lo demás.”

“Yo la verdad”, manifiesta Gabriel, “ni me preocupo por ese dinero. Está bien pagado, ojalá pudiera todo el mundo sentirse bien pagado por hacer lo que hace. La vida del deportista es muy sacrificada, y la del boxeador mucho más, así que no discuto si le pagan mucho o poco. Olvídate que si no fuera suficiente siguieran quedándose por ahí y hace rato están quietos en base”.

Hasta el momento, los Domadores de Cuba mantienen un paso invicto en la V Serie Mundial, con apenas dos peleas perdidas hasta el momento, como líderes del grupo A. De mantenerse así tendrían un puesto seguro en las semifinales del torneo, que se celebrarán en mayo, por el formato de ida y vuelta, y con la ventaja para ellos de acoger el segundo tope en casa. La final sería el 11 y 12 de junio en Dubai, Emiratos Árabes, en jornadas sucesivas, como ocurrió en la versión precedente.