Francisco Castro

El fin de la melancolía

Me levanto de la cama y me miro al espejo. Los pelos revueltos y la cara de basura hacen que baje la vista y tropiece con el teléfono. Miro la hora. 11:30 am. Camino como un zombie hacia la cocina. Preparo mi cafetera de café, que tomaré sin azúcar y con un poquito de leche en polvo.

Ilusiones y un problema matemático

Luego del anuncio por parte de los presidentes de Cuba y Estados Unidos, del posible restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre ambos países, muchas han sido las especulaciones de los cubanos de a pie, y se han recuperado muchas de las ilusiones que se consideraban perdidas.

¿Se conecta Cuba?

La noticia serpentea por los medios digitales cubanos, y de boca en boca. Unos dicen que sí y otros que no. Que si este año…; que si hay planes…; que quizás…; que ya veremos. Y entre balbuceos y noticias contradictorias se entrevé en el horizonte la llegada de INTERNET a los simples mortales cubanos.

El melodrama de las papas en La Habana

Lo que me hace escribir ahora no es precisamente, el hecho de que en algunos agro-mercados de La Habana, se pueda adquirir esta vianda otra vez, sino que ha llegado de forma tan subrepticia, después de tanto tiempo (¿meses, años?), que ha cogido a las personas “fuera de base”.

La frustración cubana

Los cubanos pueden darse el lujo sentirse frustrados por muchas razones. Pero no es sobre esto que quiero escribir ahora, sino de la forma de exteriorizar esas frustraciones. Específicamente me referiré a una conversación que tuve el disgusto de escuchar.

Evasión, y los motivos

Los recientes acontecimientos de envenenamiento, por el popularmente conocido como “alcohol de madera”, me hicieron escarbar en mis papeles para compartir este fragmento de mi diario personal, escrito el 3 de octubre de 2010, cuando vivía en el barrio La Carolina, del municipio San Miguel del Padrón.

Una, dos, tres… pequeñas alegrías

Alegrías que, como pompas de jabón, revientan frente a tu cara, y te dejan esa sensación de vacío, de frustración. Pero alegrías al fin, cumplen con su deber de oxigenar la sangre, que nos circula por las venas cargada de la contaminación que nos rodea: desidia, intolerancia, inmovilismo, ignorancia, arribismo, unilateralidad, centralismo… y una aterrorizante larga lista.

La babaza cubana

Estamos tan confiados en que la babaza que nos posee es tan potente, que no importa que veamos a los que sí tienen sangre caliente y se tiran a las calles, y protestan contra las injusticias, porque están vivos, conocen sus derechos, y sobre todo porque no tienen miedo.